La filarmónica de Nueva York suena mejor en este inicio de temporada 2015-16. La mejoría respecto al pasado curso es palpable. Poco a poco, los músicos van afinando sus instrumentos y familiarizándose con la partitura. Sin embargo, en la exigencia y necesidad que tienen los Knicks de convertirse en una exitosa orquesta, Derek Fisher debe seguir puliendo diferentes aspectos de su composición. El siguiente desafío de Fisher se haya en la recta final de los partidos. En las noches de concierto, tocar un buen allegro en el último movimiento de la sinfonia es la clave para el aplauso del respetable.
El entrenador de New York Knicks todavía no ha encontrado una rotación sólida con la que cerrar los partidos fuertemente disputados. Lógicamente, encajar las piezas de un nuevo rompecabezas lleva su tiempo. Pero el hecho de que en las últimas dos derrotas del equipo, en Charlotte frente a los Hornets y en casa contra los Cavaliers, los Knicks desaprovechasen la ventaja con la que llegaron al final de los terceros cuartos y cerrasen el partido a su favor, ha provocado cierta preocupación en el ambiente.
Derek Fisher asumió la responsabilidad, diciendo que tenía que hacer un mejor trabajo para colocar a los jugadores en posición para tener éxito en ese aspecto. Los roles en el final de partido aún no se han definido claramente ya que, según Fisher, se basan en la necesidad del momento.
«Puede que uno tenga que sustituir, pensando en el ataque y la defensa, de posesión a posesión, pero en general en la recta final se continúa desarrollando la confianza, que permite la compostura y el equilibrio, lo que ayuda en la toma de decisiones y la selección de tiro.»
«Todas esas cosas van a ser más beneficiosas para nosotros cuánto más experimentemos juntos. La defensa siempre debe ser fuerte, no importa quién está ahí fuera.«
Fisher cree que estos Knicks están más comprometidos entre sí que el equipo del año pasado y que todos deben estar preparados para cualquier responsabilidad en esos minutos finales, ya que tampoco quiere que la ofensiva se centre en Carmelo Anthony.
«Creo que ‘Melo’ puede ser una gran opción para nosotros, pero tiene que haber un equilibrio en nuestra ofensiva que permita el pleno respeto hacia nuestros cinco jugadores en cancha por parte del rival. Si un segundo o tercer defensor aparece, ver cuáles son las opciones. Queremos ser un equipo que tiene opciones en la recta final.»
El entrenador de los Knicks confía en la unidad del equipo y la confianza entre los jugadores, alabando ese factor como decisivo a la hora de ganar aún sin jugar un buen baloncesto. Pero todos son conscientes que han de seguir mejorando el rendimiento bajo la presión de una recta final de partido ajustada.
Ese es el reto. El movimiento final. Que bajo la batuta del director Fisher, la orquesta knickerbocker interprete con éxito la sinfonía asignada. Hasta la última nota, por muy difícil que sea. Para así levantar al público del Garden de sus asientos… y no precisamente para abandonar prematuramente sus localidades.