Los Warriors remontan 23 puntos y vencen a los Clippers

Golden State Warriors 124 - 117 Los Angeles Clippers

 

Fuente: Tim Donovan (cc)

Uno de los duelos más esperados de la temporada y, hoy en día, el enfrentamiento con la mayor rivalidad de la NBA después de los choques de declaraciones entre jugadores de ambos equipos. Los Golden State Warriors, vigentes campeones de la NBA, se presentaban en el Staples Center con la posibilidad de sumar su decimotercera victoria consecutiva esta temporada, pero los angelinos no se lo iban a poner nada fácil.

Los Warriors llegaban con las bajas de Leandro Barbosa por enfermedad, y de Shaun Livingston por problemas en la cadera; mientras que los de Doc Rivers seguían arrastrando la baja de JJ Redick por dolores en la espalda, por lo que Jamal Crawford le sustituiría de inicio.

El encuentro empezó muy de cara para los locales, muy concentrados desde el primer segundo, cerrando líneas de pase y provocando pérdidas de balón, y con porcentajes de tiro altísimos (71%) ante los que poco pudieron hacer los Warriors. El mejor de este primer cuarto fue Chris Paul, que regresaba tras perderse los dos últimos partidos. El base de los Clippers acabó este primer periodo con 18 puntos y anotando todo lo que lanzaba. El cuarto acabó 25-41 favorable a los Clippers (más puntos en un cuarto para ellos esta temporada). Stephen Curry no estuvo acertado, tan solo 3 puntos en 4 minutos de juego, pero lo mejor estaba por venir.

Los Angeles Clippers llegaron a tener una ventaja de 23 puntos, pero cuando te enfrentas a los «Splash Brothers» nunca puedes dar el partido por terminado. En el segundo cuarto consiguieron remontar dos puntos, con un Curry más entonado y Klay Thompson siendo el mejor de los suyos, para irse al descanso 54-68 abajo (también la mayor anotación en una mitad de los Clippers esta campaña).

Los Warriors regresaron de los vestuarios con hambre de remontada, y consiguieron irse tan solo 6 abajo (85-91) tras el triple sobre la bocina de Draymond Green, que acabaría el partido con 19 puntos. El último periodo fue una verdadera locura. Los de Luke Walton consiguieron ponerse a uno en el marcador, pero los locales volvieron a tomar una ventaja de siete puntos tras un robo de J. Smith que finalizaría con un mate. Tras un triple desde la frontal de Pierce consiguieron una ventaja de 10 puntos (112-102), pero fue entonces cuando el pasado MVP de las finales, Andre Iguodala, apareció con dos triples desde la esquina para poner a los visitantes a tan solo dos tantos (112-110). Con un triple de Klay Thompson (113-112) se pusieron por delante por primera vez desde el 3-2 inicial. Crawford respondió rápidamente con un triple (113-115), pero a partir de aquí, un triple de Curry, una canasta de Green y cuatro tiros libres sin fallo de Curry decidieron el partido para los Warriors. Acabaron el cuarto con 11/15 en tiros de campo y 9/10 en tiros libres, unos porcentajes a los que es muy difícil hacer frente. El resultado final fue 124-117.

El mejor del encuentro fue Stephen Curry, como de costumbre, que acabó con 40 puntos y 11 rebotes (único jugador en acabar cuatro partidos seguidos con más de 30 puntos y 5 triples anotados), aunque estuvo bien secundado por Klay Thompson con 25, Iguodala con 21 y Green con 19. Por parte de los angelinos, el mejor fue Chris Paul con 35 puntos y muy buenos porcentajes (13/22 en TC), Blake Griffin estuvo bien con 27 puntos y Jamal Crawford aportó 15 puntos. Sorprendió la escasa rotación de tan solo 8 jugadores de los Clippers, y más que Lance Stephenson ni siquiera pisara la cancha.

De momento, este 13-0 es la mejor racha en la NBA desde que Dallas ganara 14 seguidos a comienzos de la temporada 2002-03, y están a solo dos triunfos de empatar con los Washington Capitols y los Houston Rockets, que empezaron con un balance de 15-0 en la temporada 1948-49 y 1993-94 respectivamente. ¿Dónde está el límite de estos Warriors?

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