Es difícil imaginar a la NBA sin el Jazz de Utah. Y es aún más difícil imaginar a Salt Lake City sin su amada franquicia de baloncesto. Sin embargo, si el propietario de los Jazz Larry Miller hubiese escuchado a David Stern, los Jazz pudieran no estar en Utah.
Bryan J. Miller, hijo de Larry, tiene un nuevo libro con 99 historias inspiradoras de la vida de su padre. Y en un extracto a disposición del público, el ex comisionado de la NBA, David Stern, lo recuerda diciéndole al Miller padre que la construcción de un estadio en Salt Lake City podría no ser una buena idea, ya que impediría mover el equipo.
¿La respuesta de Miller? Compró el equipo – o el 50 por ciento de él, de todos modos, en 1985 – para mantenerlo en Utah, sin moverlo a otra parte.
«A finales de los años 80 hablábamos mucho acerca de su plan para construir lo que entonces era el Delta Center. Yo le dije que pensaba que era una locura construir, porque en lugar de ser un trofeo, podría convertirse en una lápida, incapaz de moverse. Yo lo admiraba, pero le dije: «No hay flexibilidad una vez que se construye un edificio. Su club puede valer una pequeña fortuna, y se podría vender en cualquier lugar y trasladarse a un precio monumental. Pero aquí están; usted va a construir un edificio y cimentar en esta ciudad».
Yo era la oposición leal, y yo creo que lo disfrutamos, porque le dio la sensación de oportunidad de dar testimonio del hecho de que él se alojaba en la ciudad y que esto era lo que iba a hacer. Él dijo: «Yo compré este equipo para mantenerlo en Utah. Y yo voy a mantenerlo en Utah «.
El Delta Center abrió en 1991, dando al Jazz un hogar permanente en Utah. El equipo llegaría a las Finales de la NBA en dos oportunidades consecutivas con dos jugadores miembros del Salón de la Fama, John Stockton y Karl Malone, perdiendo en ambas contra los Bulls de Jordan. El estadio es desde esta temporada el Vivint Smart Home Arena. Pero como se llame, es agradable oír hablar de la convicción de que lo hizo posible.