DeMar DeRozan y el gran dilema raptor se unen una vez más. DeRozan, aquel tipo que se carga el equipo a la espalda y mete veinte puntos para solucionarte el partido, ahora es un problema. Se piensa muy bien de él, pero sus números no dicen eso.
DeRozan este año es otra vez uno de los jugadores insignia de la franquicia Raptor. Es el alero titular. Indiscutible, valeroso, y siempre se cuenta con él. Sobre todo a la hora de la ofensiva.
Está rondando los veinte puntos por partido este año, y rinde al nivel que se esperaba. Aunque sus porcentajes y su trabajo defensivo ya no dicen lo mismo de él. Cierto es que DeRozan es el jugador perfecto para culminar un contraataque con un mate o una bandeja, eso ya decisión propia del jugador. Pero su trabajo defensivo no es para tirar cohetes, y Casey se da cuenta de ello. Aunque bien sabemos que la zona fuerte defensiva raptor se encuentra en el interior.
Volviendo al ataque DeRozan no es un jugador que pueda encestar triples con asiduidad, y finalizar la jugada desde el perímetro, le cuesta mucho calentar su muñeca desde lejos. Y desde la media distancia más de lo mismo. Todo esto hace que nos replanteemos si es realmente rentable tener a este jugador en pista durante todo el partido, debido a que a la larga, los porcentajes de tiro de los Raptors son nefastos. DeRozan es un jugador que penetra hasta canasta y te puede sacar puntos en la línea de tiros libres pero tampoco es un seguro en ese aspecto.
Los Raptors están buscando una ofensiva de movilidad de balón y juego con su bestia en la zona, Valanciunas, y DeRozan corta mucho este ritmo de juego. Los Raptors deben solucionar este problema cuanto antes por el bien del jugador y por el bien del equipo.