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Rondae Hollis-Jefferson estaba viviendo un gran momento en lo personal. Su llegada a la NBA no ha sido en un equipo aspirante, pero ha aprovechado la situación para lograr en pocas semanas la titularidad y generar algo de esperanza en una franquicia que no tiene un futuro sencillo. El rookie se perdió el partido de anoche ante Warriors por un esguince en su tobillo derecho sufrido durante el entrenamiento del sábado, y preocupó a los aficionados cuando apareció en el Barclays con bota y cojeando. Hoy se ha confirmado la peor noticia posible, los rayos muestran una fractura sin desplazamiento en la parte posterior de su talón derecho que llevará a Rondae al quirófano durante esta semana.
Billy King ha sido el encargado de dar la mala noticia y ha indicado que no se tiene por el momento fecha para su regreso. Hollins por su parte ya ha confirmado que será Bojan Bogdanovic quien deberá dar un paso al frente y ocupar el puesto de titular que tanto le está costando recuperar en su año sophomore.
Rondae se ha ganado las simpatías del Barclays Center con una entrega que realmente ha marcado la diferencia con su presencia en pista desde el primer momento. El ex de Arizona contribuye a muchos niveles, promediando 5.2 puntos (48% de acierto), 6.1 rebotes, 1.4 asistencias, 1.4 robos en poco más de 22 minutos por partido, y su baja podría tener un impacto mayor del que cabría esperar en un rookie de sus características.
Hollis-Jefferson representa el futuro de un nuevo Brooklyn, lejos de los mega-contratos de Deron Williams y Joe Johnson o el ansia por el éxito inmediato de Pierce y Garnett. Es un jugador que podría ser la cara de un equipo con carácter que busque atraer a un nuevo líder que les lleve a pelear por los éxitos que no llegaron en años pasados. Para ello los Nets necesitan su recuperación y regreso con urgencia.