Cuando hace tres partidos, tras la derrota por la mínima contra los invictos Warriors, se quedaban los Jazz sin una de sus grandes figuras, el pívot Rudy Gobert, muy pocos pensaban que Utah podría resistir, ya que la baja de su mejor defensor se unía a la de su base titular, Dante Exum, otra pieza clave en el entramado del entrenador Quin Snyder. Sin embargo, donde unos ven crisis otros ven oportunidad, y es tal vez el momento de Derrick Favors, que a pesar de llevar tiempo en la sombra al lado de su compañero de pintura, ha destacado ya como uno de los mejores en su puesto en la NBA. Su aumento de protagonismo en ambos lados de la pista va a ser decisivo para mantener a su escuadra en la lucha por los playoffs hasta que regrese el jugador galo.
Trevor Booker reemplazó a Gobert en el quinteto desplazando a Favors al puesto de pívot contra Orlando Magic, pero un inicio horroroso de los Jazz propició que Snyder echase mano pronto del banco. El ex de los Wizards apenas disputó 15 minutos en ese encuentro, lejos de su media habitual de 21 como suplente. El novato Trey Lyles le ha arrebatado el sitio, aunque es algo nominal, ya que Utah está experimentando más con el small ball con Favors como único grande. El hecho de contar con un jugador de sus características permite a los de Salt Lake City no estar apenas notando la ausencia de uno de sus mejores hombres y además aumentar el ritmo ofensivo, habiendo logrado en los dos últimos partidos disputados dos de las tres mejores anotaciones de toda la temporada – los Jazz apenas han sobrepasado los 99 puntos en 6 ocasiones de 19 posibles -.
Los números todavía no son suficientes como apreciar los cambios, de hecho el porcentaje de posesiones que finalizan en sus manos ha disminuido del 22,4% al 22,1% de noviembre a diciembre – por debajo de Raulzinho Neto, Alec Burks, Trey Burke y Gordon Hayward -, pero lo que está claro es que el jugador que llegó como un portento físico muy limitado ofensivamente a la NBA se ha convertido en un candidato a All-Star en su sexta temporada como profesional, aportando tanto en defensa – ya el año pasado era uno de los mejores protegiendo el aro, quinto en toda la liga en concreto, dejando al rival en un pírrico 43,8% en el área restringida – como en ataque, donde cada vez ha ido incorporando más recursos. Sin Gobert ha aumentado sus contribuciones a 20,3 puntos y 11 rebotes, sumando un doble-doble en todos los partidos, aunque parte de ello es que los Jazz se han enfrentado a dos equipos que juegan con cuatro exteriores, como Kings y Pacers, y también que con sólo Favors como interior Utah puede correr mucho más.
El que fuera elemento clave en el traspaso de Deron Williams a los Nets se ha convertido en el prototipo de jugador interior moderno, capaz de proteger el aro, abusar de jugadores más pequeños y también ser lo suficientemente rápido de pies como para defender en el perímetro y poder rotar en los bloqueos y continuaciones. Con 2,08 m. de altura puede ocupar cualquiera de las dos posiciones en la pintura, y su capacidad atlética le permite perseguir a rivales de perímetro por fuera dejando así libre la pintura para que Gobert ocupe el rol de free safety que con anterioridad hicieron suyo gente como Roy Hibbert o Joakim Noah. Sin embargo, con una envergadura bastante por encima de los 2,20, es lo bastante grande como para ser un defensor de élite cerca de canasta, algo muy importante ya que en lo poco que llevamos de temporada Nylon Calculus le otorga al pívot francés de los Jazz 8,56 puntos evitados por 36 minutos, una marca excepcional que se complementa con el 35,2% en el que deja al atacante cuando va hacia el aro.
Al principio de su carrera Favors era más un proyecto de futuro que un jugador de baloncesto, y fueron sus entrenadores, primero en New Jersey y luego en Salt Lake City los que le dijeron que para hacerse con un sitio tendría que aprender a usar el poste como arma, algo a lo que no estaba acostumbrado ya que en instituto y universidad era lo más parecido al perfil de DeAndre Jordan – pick n’ roll, mates, rebotes ofensivos, etc. – que uno se pudiera encontrar. En un interesante artículo de Sports Illustrated Favors hacía referencia a este hecho y cómo se ha adaptado para progresar:
«Hace un par de años todavía era el ala-pívot y el pívot donde les pasas en el poste y tienes que tener un movimiento de posteo. Tienes que ser capaz de anotar alrededor de la canasta. Creo que fue una de las cosas que resaltó para mí, porque el entrenador era como, ‘No te podemos poner porque no tienes juego ofensivo. No sabes postear’.»
Ahora Favors puede atacar el aro desde dentro, y además también ha ampliado su juego incorporando un tiro de media distancia y el bastante interesante half roll, donde en un bloqueo y continuación parará a medio camino entre el pick n’ pop y la entrada a canasta para lanzar. Los Jazz tienen un rating ofensivo de 103.9 con él en pista, mientras que apenas están en 98,9 cuando se sienta. Es cierto que alimentarle en el poste todavía no es una prioridad del esquema ofensivo del entrenador Snyder, pero en sus posteos Favors está consiguiendo anotar 0,93 puntos por posesión, mejor que, por ejemplo Brook López, y en el 69,1 percentil, o sea, nada mal con respecto al resto de la liga.
Utah tendrá que seguir esperando que la combinación de Lyles, Booker y Jeff Withey más los minutos con Hayward o Joe Ingles de falso cuatro – ambos están registrando máximos de carrera en la posición, un 6% y un 35% de sus minutos, respectivamente – puedan mantener a flote el equipo mientras Gobert no está, pero la transformación de Favors en All-Star le ha proporcionado a los Jazz una referencia interior importantísima. Además, la adición de espacio disponible por dentro liberará el ataque de los de Snyder aunque para ello el rendimiento defensivo se vea perjudicado y el ritmo de juego sea algo más elevado. Sin el francés Utah tiene el séptimo ataque más prolífico de la NBA, anotando 108,2 puntos por 100 posesiones, aunque las cifras sean todavía muy pequeñas como para sacar conclusiones.
Sin embargo, la versatilidad de Favors en defensa, pudiendo ocupar la pintura y actuar como protector de aro en lugar de Gobert, y en ataque, tanto anotando en el poste o tras pick n’ roll, o cargando el rebote, es lo que va a hacer posible que los Jazz sigan en la lucha por los playoffs, en un Oeste bastante menos complicado de lo que se suponía a principio de temporada.