Durante el verano de 2012, la espalda de Mike Miller parecía estar a punto de decir basta, y la retirada fue una posibilidad real para el veterano forward de los Nuggets. 3 años y medio más tarde, esa situación parece como si nunca hubiera existido, según el propio Miller:
«Si mi cuerpo se sigue sintiendo de la forma en la que lo hace ahora, quiero seguir jugando durante un par de año más sin duda.»
Durante las finales de 2012-2013 con el ya mítico ‘Big Three’ de los Miami Heat (LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh) se podía ver a un Mike Miller claramente dolorido, y a pesar de sus molestias, logró anotar 23 cruciales puntos en el quinto partido que decidió el campeonato de la NBA.
Miller estuvo tan cerca de la retirada, que lo único que le retuvo fue un tratamiento sin necesidad de operarse la espalda que a día de hoy parece todo un milagro, si por el contrario hubiese necesitado pasar por quirófano, lo más probable sería que no estuviera disputando la que es su 16ª temporada en la NBA.
«Nunca hubiese creído (en 2012) que aún estaría jugando.»
A pesar de que Miller se encuentra perfectamente, las limitaciones físicas de su juego son patentes en cancha, algo que aún con los efectos negativos que pueda tener en ciertas situaciones, no ha retenido a Malone en su deseo de situarle en pista cuanto más conveniente lo creyera:
«No había planeado poner a jugar a Miller tanto como lo estoy haciendo, pero necesitamos tiradores; gente que mueva el balón.»