El día de Navidad es una fecha señalada para la NBA. Además del ambiente de celebración y las comidas familiares los partidazos del día 25 se han convertido en otra tradición. Hace un par de días revivimos las Finales del año pasado en un partido que volvía a enfrentar a los Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors. Además de los deseos de venganza de los de Ohio, otro motivo para ver el encuentro era si estos Cavs podrían ganar a unos Warriors que llevan solo una derrota en toda la competición, de ahí que no extrañe el estratosférico índice de audiencia que tuvo.
El partido que se saldó con la victoria de los de Oakland por 89-83 fue seguido por casi 11 millones de personas por televisión, convirtiéndose en el partido del día de Navidad más visto de los últimos cuatro años. El encuentro superó en un 17% los 9,3 millones de espectadores del regreso de LeBron James a Miami en el Cavaliers-Heat de la temporada pasada. La última vez que se obtuvieron unos resultados de audiencia semejante fue en 2011, en un partido que ponía fin al ‘lockout‘.
En conclusión, la oportunidad de revancha, el duelo entre los dos mejores jugadores del planeta y la festividad de ese día hicieron que nadie pudiese perdérselo.