Durante el partido de los Boston Celtics contra los Memphis Grizzlies en el que los de Brad Stevens tiraron por la borda una ventaja que se fue hasta los 21 puntos, hubo un momento en el que los dos jugadores con más intensidad en el plantel de los Orgullosos Verdes se enzarzaron en una discusión.
Los Celtics iban 93-97 abajo tras haber ya dilapidado la citada ventaja y las caras de los jugadores eran un poema solo comparable a las pantallas rotas de los ordenadores de todo aficionado verde que se precie, cuando Marcus Smart comete una falta sobre Mario Chalmers que le es recriminada por varios de sus compañeros.
La idea parecía ser que se jugase esa posesión, con una buena defensa, obviamente, pero tratando de no cometer ninguna falta. De ahí el enfado de sus camaradas, del cuerpo técnico y del base texano consigo mismo. Pero especialmente el de un Jae Crowder que vive cada partido como si fuese la defensa de Stalingrado. De haber sido otros dos los protagonistas quizás la cosa se habría quedado en menos – tampoco fue nada espectacular, todo sea dicho – pero cuando se juntan dos almas competitivas como la del #36 y el #99 todo hay que cogerlo con papel de fumar.
Pese a todo, inquirido sobre este parecer, Marcus Smart ha querido aclarar, hace escasos minutos en rueda de prensa, que no hubo más que una discusión entre dos compañeros que lo dan todo por ganar y que estaban cabreados por una mala jugada de uno de ellos.
Marcus Smart habla sobre su discusión anoche con Jae Crowder: «Estamos bien, simplemente discutimos una mala jugada que hice»
— Javier R. Rodríguez (@CafeDeRick) enero 11, 2016
«Hice una mala jugada y me lo reprochó, algo normal entre dos jugadores, competitivos, que se vuelven locos por estas cosas»
— Javier R. Rodríguez (@CafeDeRick) enero 11, 2016
«Yo me cabreé por hacer una mala jugada y Jae se volvió loco por lo mismo. Son cosas que pasan, somos amigos»
— Javier R. Rodríguez (@CafeDeRick) enero 11, 2016
Estas borracho.