En esta pasada madrugada los Charlotte Hornets han logrado su primera victoria en lo que va de año. El equipo de Michael Jordan estaba registrando unos resultados alarmantes en este inicio de año, junto a los Minnesota Timberwolves, estaban siendo el peor equipo de la liga en el 2016 con ninguna victoria en su haber. Las dos peores franquicias de la NBA de cada división han logrado mejores resultados que el equipo de North Carolina en los últimos 10 encuentros, estando los Sixers con un balance de 2-8 y los Lakers con un balance de 3-7. Si bien es cierto que los Hornets han sufrido una serie de lesiones en algunos de sus jugadores más importantes, es un dato preocupante que las dos peores franquicias de la NBA logren superar a más rivales que tú.
A pesar de este mal inicio de año, existe un rayo de luz que hace que los aficionados del equipo tengan esperanzas que lo peor de la temporada ya ha pasado. Esta nueva ilusión llega de un jugador que no se esperaba que lograra esa evolución en su juego (si bien era necesaria, no era esperable), ese jugador no es otro que P.J. Hairston.
El camino de P.J. Hairston para entrar a la NBA no ha sido del todo sencillo, le precedía una reputación de jugador problemático, ya que cuando este estaba en la Universidad de Carolina del Norte tuvo problemas con la justicia por lo que el año pasado no jugó en la universidad y se enroló a los Texas Legends de la liga de desarrollo donde promedió 21,7 puntos y 3,4 rebotes en 32,2 minutos. Fue seleccionado por los Miami Heat en la posición 26 de la primera ronda del draft del 2014, y posteriormente traspasado a los Charlotte Hornets junto a Semaj Christon y una segunda ronda del draft del 2019, a cambio del base Shabazz Napier.
A pesar de tener diferentes problemas extradeportivos antes de aterrizar a la NBA, P.J. Hairston no ha tenido ningún tipo de problema extradeportivo desde que milita en la mejor ligar de baloncesto del mundo. Steve Clifford tiene mucho que ver con esto, ya que ha sido un gran mentor para el escolta y a logrado que este madure y deje de lado los problemas con la justicia que iba arrastrando hasta su llegada a los Hornets. En el primer año en la liga no fue un jugador importante para Clifford, jugando apenas 45 partidos y promediando más de 5 puntos en los poco más de 15 minutos en la cancha con unos porcentajes del 32,3% en tiros de dos y un 30.1% en tiros de tres . A pesar de no ser un jugador que participaba mucho, Clifford hace un año declaró:
«P.J., para mí, tiene la oportunidad de ser un muy buen jugador. Potencialmente podría ser titular. Puede lanzar desde lejos y rebotear consistentemente. Pero todavía no ha desarrollado ninguna forma de jugar para involucrar mejor a sus compañeros.»
A pesar de estas declaraciones positivas del entrenador, la temporada 2015/2016 no pintaban bien las cosas para el jugador de Greensboro, puesto que los Hornets adquirían a Batum, Lamb y Lin que junto a Michael Kidd-Gilchrist y Marvin William parecía que ocuparían las posiciones de escolta y alero, posiciones donde debería actuar de PJ Hairston. Sin embargo una noticia trágica para la franquicia de Michael Jordan como era la lesión de gravedad de Kidd-Gilchrist, hacía que se vislumbrase un esperanza de jugar para P.J.. Ante la baja por lesion de MKG el entrenador Clifford decidió darle la llave de la titularidad a P.J., para que este aportara el nivel defensivo que MKG proporcionaba al quinteto inicial, ya que jugadores como Lamb, Lin o Williams que podían ocupar la plaza de titular vacante, son jugadores claramente ofensivos y con mayores dificultades defensivas que Hairston. Por tanto con la inclusión de P.J. en el quinteto inicial, Clifford pretendía formar un quinteto más equilibrado en el apartado defensa/ataque.
Transcurridos los primeros partidos de la temporada el rendimiento de P.J. Hairston no era el esperado y no convencía a la mayor parte del público. Sus número eran escasos para un jugador que salía de inicio y su aportación ofensiva era prácticamente nula. Ante esto, se llegó a pensar que no era un jugador válido para ser titular a un equipo de la NBA. Sin embargo después de las diferentes lesiones en las que han estado inmersos varios jugadores del equipo, se ha podido observar una mejora en el juego del pupilo de Clifford. PJ Hairston ha logrado mejorar sus porcentajes de campo y ha aumentado el número de rechaces capturados por encuentro. Ante esta mejoría ofensiva, los Hornets han visto en él un jugador que puede anotar con regularidad y con ello han empezado a darle más responsabilidad en ataque, promediando,así, P.J. Hairston más intentos de canasta que al principio de la temporada. Esta mejoría es una gran noticia para los Charlotte Hornets, ya que en los últimos partidos se ha podido apreciar problemas en la anotación en el equipo, por tanto todas las noticias positivas respecto al apartado ofensivo son bien recibidas por la franquicia.
Los mandatarios y aficionados de los Hornets esperan que esta mejoría observada en P.J. Hairston no sea un espejismo y pueda seguir mejorando en el transcurrir de los partidos. Una vez que logren recuperarse todas las piezas lesionadas del equipo se espera que Hairston siga gozando de esta facilidad ofensiva que nos está acostumbrando en los últimos partidos y con ello añadir más peligrosidad en la anotación del equipo, creando más espacios para los jugadores importantes en ataque como son Batum y Walker, y beneficiándose este de los espacios que conceden las defensas al centrarse en estos jugadores.
Por tanto, P.J. Hairston ha pasado de ser un jugador cuestionado, debido a su poca aportación en ataque, a ser una de las esperanzas del equipo de lograr remontar el vuelo y poder conseguir entrar en los playoffs. Para ello se necesita de que el jugador siga progresando y no vuelva a ser el jugador marginal que era al inicio del curso. Hay que considerar que el próximo verano PJ Hairston termina contrato y si no logra seguir la progresión que esta llevando a cabo en estos últimos partidos puede no lograr obtener un contrato en la NBA, por tanto esto puede ser una motivación más para él para desarrollar su juego.