La veteranía y la falta de oportunidades ahoga a los Memphis Grizzlies

Necesitan un cambio de 180º
Fuente: nmdude4 (CC)

A lo largo de nuestras vidas, nos faltan y faltarán muchos dedos en las manos para poder contar las veces que tenemos y tendremos la ocasión de leer o escuchar aquellos tópicos de ‘’Si tienes un objetivo, tienes que confiar en la forma que utilizas para conseguirlo’’, ‘’el primero que debe de creer en ti eres tú mismo, si no, nadie lo hará’’ y un largo etcétera… Frases al uso que hacen referencia a la confianza en uno mismo y en los métodos utilizados para lograr una meta u objetivo, el que sea, por muy imposible que parezca al dar el primer paso.

Sin embargo, también son incontables las veces que muchos proyectos o ideas se han venido abajo precisamente por un exceso de confianza. Pero entonces, si la confianza era lo que nos hacía lograr el éxito, y ahora es, a la vez, lo que nos puede hacer fracasar… ¿Cómo lo solucionamos?

En este debate en el que parecen encontrarse ahora mismo los Memphis Grizzlies. Robert Pera, dueño de la franquicia, Chris Wallace, manager general, John Hollinger, presidente de operaciones de baloncesto, y David Joerger, primer entrenador, son los cuatro responsables de lo que está sucediendo en Memphis, o mejor dicho, de lo que no está sucediendo.

Después de ser uno de los equipos más a tener en cuenta estamos acudiendo, esta temporada a un declive nada sorprendente para cualquiera que haya seguido los movimientos realizados por la franquicia de Tennessee durante los últimos años. Y es que, el problema es mucho más grave de lo que parecía en un primer momento.

Con un pilar formado por cuatro jugadores: Mike Conley (28), Tony Allen (34), Zach Randolph (34) y Marc Gasol (31), los Grizzlies necesitaban un paso más, un escalón más que les diese un nivel digno de equipo campeón. Un escalón que hoy en día siguen necesitando y que cada vez parece más alto y costoso de conseguir.

Ese jugador que genere desequilibrios desde la línea de tres puntos –la gran asignatura pendiente-, ese jugador que suponga una amenaza real en el apartado ofensivo desde el exterior, consiguiendo abrir las defensas rivales y, por lo tanto, favorecer el movimiento de balón. Una tarea que cada día parece más difícil de conseguir visto lo visto.

Desde esos playoffs del año 2013 que realmente hicieron soñar a un equipo y una ciudad volcada, al final, solamente han perdurado tres elementos que han hecho del presente de la franquicia una montaña rusa sin demasiadas expectativas de cara al futuro: La cabezonería, la falta de oportunidades y la mala suerte. Sí, la mala suerte también, sin ser una excusa barata y sin exculpar a nadie.

En cuanto a los dos primeros elementos hay que decir que vienen dados de la mano. En estos últimos tres años hemos podido observar como Dave Joerger no ha mostrado nunca el mínimo interés por dar una oportunidad a gente joven, con ganas de jugar y que podría haber supuesto grandes beneficios a largo plazo. Una cosa está clara, en esta vida, a veces, solo hace falta una oportunidad de verdad y algo de confianza para poder explotar… y si no que se lo digan a Hassan Whiteside.

En primer lugar, el caso más llamativo es el de Jordan Adams. Este escolta formado en la prestigiosa universidad de UCLA llegó a los Grizzlies vía draft en la posición número 22 de primer ronda en el verano de 2014. A priori, una elección lógica para un equipo que necesitaba –y sigue necesitando- anotación exterior y tiro de tres, como ya he comentado anteriormente.  16.4 puntos, 46.7% TC y 33.1% T3 en sus 69 partidos en NCAA (63 de titular) y 30.1 minutos de media avalaban a un jugador que podía llegar a tener un papel destacado en el primer equipo de los Grizzlies, que  además necesitaban un jugador de su corte, como ya hemos mencionado. Sin embargo, David Joerger  parece que no ha quiso verlo así. En sus dos temporadas como grizzlie, el jugador nacido en Atlanta solamente ha disputado 32 partidos en la NBA y con una media de poco más de 8 minutos por encuentro. Un papel insignificante que, sumado a las lesiones que ha sufrido en este tiempo hace entre ver que no levantará cabeza, por lo menos en Memphis. La pregunta que me hago en este momento es, ¿Qué no tenía Jordan Adams para ni siquiera darle un voto de confianza?

Además, a esto hay que añadirle que, no solo no confiaron en un jugador que perfectamente podría haber ocupado el último puesto en el roster, sin embargo decidieron firmar a Vince Carter, que llegaba a la franquicia de Tennessee con 37 años para firmar un contrato por tres años. ¿Qué significaba esto? Sencillo, no permitía al escolta recién llegado crecer como jugador y adaptarse a la NBA. Esto, en el largo plazo podría haber supuesto mucho. Jordan Adams podría haber tenido la oportunidad de adquirir valor en el mercado, en el caso de no cuajar. Un jugador joven que en cierto momento te podría venir bien para cerrar un traspaso, en caso de que no se adaptase a tu plantilla. Sin embargo, decidieron apostar por una leyenda que, en mi opinión y a parte de los buenos números realizados en los Mavericks el año anterior (2013-2014, 11.9 puntos, 39.4% T3) solo podría ir a peor, y a los hechos me remito.

Y el segundo caso tiene que ver con alguien a quien ya hemos nombrado anteriormente. Hassan Whiteside. Hace poco más de un año, allá por el campo de entrenamiento de 2014, los Grizzlies invitarían a este a este pívot que solo parecía ser uno más. Pues bien, después de cortarle y firmarle posteriormente para cortarle al día siguiente, el jugador nacido en Gastonia ha encontrado un hueco en los Miami Heat, quienes sí confiaron en él. Sus números hablan por sí solos: 12.3 puntos, 11.2 rebotes y 3.9 tapones por encuentro. Titular indiscutible en South Beach. En Memphis sin embargo, ni siquiera se le dio una oportunidad en el equipo de la liga de desarrollo (3 partidos). ¿Hasta qué punto fue mala suerte? ¿Qué fallos se cometieron para no ver el potencial de dicho jugador?

Por el contrario, el ala-pívot JaMychal Green es la buena noticia esta temporada, pero insuficiente. Este sí que está viendo como sus minutos en pista aumentan, cumpliendo desde el banquillo y dando descanso a los hombres grandes. Un claro ejemplo de como la constancia, el trabajo y la paciencia a veces consiguen que la gente trabaje y sea más eficaz de lo esperado, algo que no se ha querido o podido ver.

Con todo lo expuesto anteriormente cometeríamos un error creyendo que este equipo va a poder reconstruirse cuando los más veteranos no den más de sí. La veteranía es un punto a favor, sí, pero todo en exceso es malo y los de Tennessee pagarán caro el hecho de tener una de las plantillas más veteranas de la liga. Quitando a Jarrel Martin (2 partidos, 4.5 minutos), Jordan Adams (2 partidos, 7.5 minutos), Elliot Williams (5 partidos, 9 minutos) y Ryan Hollins (5 partidos, 8.2 minutos) –al cual han firmado nuevamente-, la media de edad sobre pasa los 31 años. Una confianza plena en un esquema que está haciendo que los Grizzlies se caben su propia tumba de cara a las siguientes temporadas.

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