En gimnasia iba en su equipo, yo jugaba de dos, no es que metiera muchas, pero de uno estaba mi amigo Adrián, y estaba la cosa como para quitarle el sitio al prodigio. En la Selección Española desde los 12, Kobe como referencia y veía la pista desde arriba. Siempre lo hacía bien, presionarle se le hacía a desgana, porque si ibas en serio te sentaba. A mí me tocó vivir a Adrián Chapela, actual jugador del Xuven Cambados; además de amigo siempre ha sido bueno, muy bueno.
No lo viví, pero me lo imagino, con 14 años lo sufrió el Granada, un crío que no tenía ni la ESO, jugador revelación. Lo hacía todo, y todo bien —para la desgracia de más niños como yo— y pasó de un DKV plagado de éxitos al Draft de 2009. Quinto en discordia y tras dos años de tránsito en el Palau llenos de victorias, le toca al de El Masnou cruzar el charco. Un siciliano a principios del siglo XX, llega El Niño Maravilla como el bebé que muerde un limón y no puede dejar de hacerlo, agridulce. Nunca he sido honesto con él, lo reconozco, me ganó con cosas como el no-look pass a Dieng, me rompió el cuello; una predilección que no tengo por nadie, y aunque no crean, yo creo. He leído y oído de todo, que si en vez de manos tiene muñones; una muñeca que no es de carne, sino de madera, en vez de ligamentos, láminas de cristal. Y aún con todo eso yo creo que en ti, de Swarovski es el cristal y en madera de roble llevan tus manos el timonel de los Wolves, pero como te quiero te odio, y es que así es nuestra relación. Cuando fallas wide-open shoots, te falta sangre y no confías en tus piernas, el problema no está en tu cuerpo, más en tu cabeza. Ni eres tirador, ni creo que lo seas nunca, pero no por eso te pagan, tú mandas, diriges, de la manada el alfa, rugen aún cachorros unos Wolves de los que eres dueño.
Minneapolis es fría, no tiene el atractivo de otras muchas ciudades, pero vio crecer a un Kevin Garnett que es de Minnesota un todo, un jugador hecho a imagen de un equipo, competitivo, pasional y con la locura de un ermitaño del norte. Un MVP que supo ganarse a toda su ciudad, y que aún como mentor tiene mucho que enseñar a unos lobeznos con un talento fuera de lo normal. Si bien este año los playoff empiezan a alejarse como objetivo, lo importante es el futuro, este eterno futuro en el que los aficionados llevamos más de 14 años esperando ser por lo menos octavos, caer cuatro a cero contra Golden State o los Spurs, pero ver el Target Center teñido de azul tiene que ser increíble. Promedias 8.6 asistencias esta temporada, quinto en la liga, en robos tercero con 2.2 por partido, sexto en la clasificación de reboteadores como point-guard; y sí, me da hasta miedo mirar la de tiros, 80 entre los bases con un 35.2% en lanzamientos de campo. Es por eso que tu asignatura pendiente me parece una causa perdida, pero tampoco a Messi le piden que las pare, yo te pido que hagas lo que sabes, y que lo hagas bien.
Con Wiggins y Towns la vida cambia, son dos cánidos con hambre de mundo, el primero con unas condiciones que no se veían en tiempo, con rasgos de grandes y mates de pocos, celebra Canadá la llegada de un mesías para su baloncesto. KAT aún no ha nacido y ya lo comparan con los mejores, aún no es ROY y le ponen en una posible lista de Hall of Famers, en la zona y fuera, con toque de blanco tirador y fundamentos que recuerdan a uno de San Antonio; pero lo que me levanta de la silla es como lo vive, sí, veo en él un KG. Vi el miedo en los ojos de Barnes el otro día, como un niño que no llega a la veintena se comía un aro, que en los dientes llevaba el balón y en dos pasos del centro de la pista se plantó en la zona, esos son mis Wolves, los que muerden.
Ayer fue contra LeBron y unos Cavaliers que pisan con pies de plomo, que de ser predadores a poco estuvieron de ser un rebaño de ovejas, llegó del norte del valle una manada con ganas de sangre, que de su guerra nació nuestra lucha y que al que fue de la camada se lo comieron los gusanos. Jugaste como lo que eres, un lobo, corriste y perseguiste a tu presa por toda la pista, mordiste y rugiste, robaste y diste asistencias; te pido Ricky que seas prodigio, por todos aquellos que no pudimos serlo.