
Partidos en días seguidos, la pesadilla de cualquier entrenador de la NBA. Si le preguntan a cualquier coach de la liga, que es lo que les gustaría eliminar del sistema de competencia, seguramente encontremos unanimidad en ésto. Se sabe que el desgaste de la temporada regular es muy grande y que insume de una planificación a conciencia, para poder de esta manera, evitar lesiones o minimizar las derrotas y no hundirse más de la cuenta.
Adam Silver (comisionado de la NBA) ha tratado este año de achicar lo más que se puede este tipo de eventualidad, (jugadores y entrenadores se han quejado en no contadas ocasiones) pero debido al tipo de calendario resumido que tiene la competencia, se hace prácticamente imposible. Tengamos en cuenta que varios equipos idean todo un análisis del calendario para darle descanso a sus veteranos en la segunda noche y así no desgastarlos, cuestión que muchas veces les resta posibilidades de victoria, si entendemos que se le da el día libre a jugadores con mucho peso en el plantel y en los resultados de su equipo (llámese Duncan, Nowitzki etc).
Si a esto le agregamos que muchas veces se tiene que viajar de una ciudad a otra para disputar el siguiente partido, sumamos una variable de desgaste para nada desdeñable. La mayoría de las veces en que ocurre esta situación, el jugador tiene un itinerario más o menos así hasta el próximo partido: Termina el juego, se ducha, atiende a la prensa, se toma el colectivo hasta el aeropuerto, viaja, llega al hotel, descansa (si puede), se levanta al otro día, va a la ronda de tiro, nuevamente al hotel, come y vuelve al pabellón para prepararse para el próximo desafío.
Después de lo dicho anteriormente, no es para nada descabellado entender que el equipo que viene envuelto en esta vorágine, gane solo el 33 % de los partidos en su segunda noche. Pero como siempre, existen las excepciones a la regla, y ahí nos encontramos con el luchador eh incansable conjunto de Stevens, quienes en casi un año (la estadística comienza en la NBA trade deadline del año pasado) ha disputado 17 back to backs sin contar giras extenuantes como la vivida en la misma campaña, donde tuvo que jugar 5 partidos en 7 noches y viajando más de 5000 km (Clippers, Blazers, Jazz, Nuggets y Wolves) con resultados de lo más sorprendentes. Veamos:

Solamente en el final de la temporada pasada y después de la llegada de Isaiah Thomas (22 de febrero del 2015 su primer parido) los Celtics jugaron ocho encuentros en dicha condición, ganando todos ellos y en su mayoría en condición de visitante y ante equipos que estaban envueltos en la lucha por acceder a los playoffs (Suns, Heat, Pacers, Nets, Hornets y Raptors) lo que le da mucho más mérito a todo esto, ya que los partidos eran de una importancia inconmensurable teniendo en cuenta que era ante un rival directo y en territorio enemigo y para colmo en su mayoría después de una derrota (véase la gráfica).
Usted pensará que el hecho de estar en plena carrera por acceder a los playoffs le dio una motivación extra al plantel para poder competir de manera más eficiente la noche posterior a la derrota, pero si vemos la gráfica a partir del comienzo de este campeonato no hay prácticamente variaciones. Veamos:
Once encuentros de ida y vuelta llevan el conjunto de Massachusetts antes del parón del All-Star, solo tres derrotas, dos en condición de visitante y otra frente a una de sus “bestias negras”, los Pacers de Paul George. Téngase en cuenta que ha ganado partidos al día siguiente de haber disputado un doble suplementario la noche anterior (Diciembre 12) o al un mismo equipo como Washington dos veces, en menos de una semana, y las dos en condición de visitante.
Estos Celtics que no son un equipo que pueda pelear por un campeonato (seamos realistas) son un verdadero grano en la cola para cualquier equipo que tenga que enfrentarse a él en este tipo de situación. El conjunto verde marcha tercero en el hiper-competitivo Este, detrás de dos equipos de élite como los Cavs y los Raptors (haciendo la mejor campaña de su historia) y una de las razones o secretos de que se encuentre en esta posición es justamente esta característica que pocos equipos de la NBA pueden plasmar.
Hay que tener presente que Stevens no da descanso a sus jugadores (tiene un plantel joven, eso ayuda) pero más allá de eso, no repercute en el rendimiento de un equipo que basa su trabajo justamente en el despliegue de una defensa asfixiante, que requiere de una gran preparación física. Quizás la clave se encuentre justamente en su entrenador, que es muy reacio a las prácticas en medio de la competencia. “Soy el coach que menos entrena en la NBA” dicho por el mismo Stevens. Entonces, ¿cuál es el secreto?.
El entrenador oriundo de Indiana utiliza una táctica muy particular de práctica, podríamos llamarla de “hágalo usted mismo”. El cuerpo técnico del ex Butler debe ser de los más complejos, eclécticos y extraños de la nba actual, ninguno es especialista en algún tipo de característica especial del juego (póngase entrenador defensivo, de tiro, etc) si no que se dedican al scouting y compilación de información de situaciones de partido en las cuales el jugador puede mejorar su juego individual y en el sistema del equipo. Esta información es entregada a los jugadores en forma digital o en formato físico, para que pueda ver las situaciones en las que puede mejorar su juego y ayudar a su equipo, sin desgastarse en entrenamiento táctico, en los cuales los jugadores se dispersan o se aburren.
Está claro que este tipo de formato de entrenamiento no es para cualquiera, se necesita de jugadores con predisposición al trabajo, ahí es donde ha entrado la otra parte de la organización, buscando en los traspasos o en el draft jugadores de este tipo de características vemos lo que decía Stevens:
“Tuvimos una reunión hace poco (declaraciones del año pasado) y los jugadores estaban buscando una grabación, y me preguntaron, ‘¿Cómo podemos hacer para mejorar lo máximo posible?’ Así que nos vamos acercando a la forma de trabajo que queremos».
Jugadores, entrenadores y dirigentes tienen en claro cuáles son las características que se necesitan para adaptarse a esta idiosincrasia de trabajo que está llevando a los Celtics en una espiral ascendente inimaginable, en el tercer año de su reconstrucción, y cuyo éxito se ve reflejado en varios aspectos, como el que les hemos traído de los back to backs, solo una parte más de este presente prometedor.