Los Cleveland Cavaliers fue unos de los vértices del triángulo de equipos que ayer protagonizaron uno de los traspasos más interesantes del día de ayer. Dicho acuerdo sitúa a Anderson Varejao lejos de la franquicia instaurada en Ohio, que ha sido su casa durante los últimos 12 años. El pívot brasileño ha recalado en los Blazers en un traspaso en el que se vieron involucrados tanto Orlando Magic como los de Oregon. Además, nada más salir la noticia de este movimiento, se dijo que Portland tiene la intención de cortar a Anderson una vez que se haga oficial dicho traspaso.
En medio de una tarde de cierre de mercado más bien aburrida, este ha sido uno de los traspasos que más a dado que hablar. Con respecto a Varejao, decir que va resultar extraño no verle vestido con el granate y amarillo de los Cavaliers.
El ex del Barça fue drafteado por Orlando Magic en 2004 pero no llegó a jugar en la franquicia de los de Florida. Inmediatamente fue traspasado a Cleveland donde ha estado hasta el día de ayer. El brasileño ha sido un jugador referente muchos años allí, ha demostrado entrega y dedicación al equipo y la afición de Ohio le tiene un cariño especial. En lo que respecta a palmarés, nunca ha conseguido un anillo pero si que ha jugado dos finales, en 2007 y el año pasado. LeBron James y Anderson Varejao siempre se han llevado muy bien, han pasado muchos años juntos y han compartido buenos momentos en el Quicken Loans Arena. En definitiva, se va un jugador mítico de esta franquicia.
Con lo que respecta al futuro del pívot se ha especulado mucho, si Portland le corta, no sabemos que franquicias podían estar interesadas. Incluso se ha hablado de que podría dejar la NBA y volver a España para retirarse en el Barça. Varejao ya es un jugador veterano, empezó su andadura baloncestística en 1998. Estos últimos años ha estado mermado por las lesiones y pasó una grave enfermedad hace un par de años en la que puedo estar en riesgo su vida, pero eso no ha conseguido que se rinda. El brasileño es un luchador.
Se va un jugador mítico en Cleveland, un luchador que no le importaba tirarse al suelo y pelear con tal de salvar el balón, el pívot referencia en Ohio desde hace años.