La cuenta atrás de Zach Randolph

Hablamos del estado de Z-Bo
Fuente: Sean Davis (CC)

Hay un momento en la carrera de todo jugador de baloncesto en el que el tiempo en vez de pasar hacia adelante, se convierte en una agobiante marcha atrás. El tiempo deja de ser un factor secundario, para convertirse en un pensamiento recurrente y que quita el sueño a jugadores, equipos y aficionados. Cada segundo deja de convertirse en un segundo más para, por desgracia, convertirse en un instante menos en la cancha. El tiempo pasa para todos es lo que se suele decir. Y así ha sido para Zach Randolph. Por desgracia su declive es algo que puede marcar (y de hecho, lo esta haciendo) el declive de un proyecto que se empieza a antojar caduco. Pero la cuestión que nos atañe hoy es analizar la progresiva bajada de un jugador que lo ha sido todo para esta franquicia.

Lo primero que debemos comentar sobre Zach ha sido su descenso en prácticamente todas las estadísticas del juego. En esta temporada esta promediando 14,2 puntos por partido muy lejos de los 17,4 puntos que promediaba en la 2013-2014, que vamos a utilizar para comparar, por ser la que podríamos considerar la ultima temporada en la que vimos a Z-Bo en plenitud de facultades físicas. Es cierto que su porcentaje de acierto ha aumentado ligeramente ( 46% frente a un 49%) pero también intenta 3 tiros por partido menos que hace dos años (15,2 en la 13-14 frente a los 12,2 de la actual). Si, se que estaréis pensando que el descenso de importancia en el juego de Randolph tiene que ver a su vez con el ascenso de Marc Gasol como verdadera estrella de los Grizzlies. Sin embargo Marc no es un jugador que por naturaleza acaparé los tiros, ya que apenas tira 1,4 veces más que el por partido esta temporada y reparte casi 4 asistencias cada vez que salta al parque. Es por eso que debemos relativizar el impacto del Gasol en el juego de Randolph a la hora de decir que este ha sido el causante de su baja anotación. El juego de Marc es lo que ha hecho destacar en muchas ocasiones a Randolph, y su manera de jugar se ha complementado.

Pero los rebotes no se libran de la caída en el juego de nuestro querido Randolph. Su capacidad para atrapar rebotes ha sido algo que ha caracterizado a este ala-pivot durante toda su carrera. No podemos olvidar que durante toda su carrera ha promediado, en 9 temporadas, más de 10 capturas por encuentro. En dos temporadas ha liderado la liga en rebotes por partido. Sin duda, ha sido uno de sus puntos fuertes. Pero esta temporada esta en unos guarismos de 8 rebotes por partido, 2,1 rebotes menos que en la 13-14 y 2,5 menos que en la temporada pasada.Y esta bajada es similar a la que se produce en los rebotes defensivos, de los 6,7 y 7,4 de las dos últimas temporadas a los actuales 5,2. Sin duda, esto es lo más alarmante, y quizás el punto más visual para hacernos a la idea de que los tiempos en los que era amo y señor bajo los tableros de la mejor liga del mundo han pasado.

Quizás le haya pasado factura su manera de jugar. La intensidad que demuestra a sus 34 años es admirable. El hambre de competir y de ganar que demuestra este jugador día tras día esta fuera de toda duda. Y no voy a ser yo el que venga a decir lo contrario. Pero su estilo de juego, afinado con los años, pero en el que tiene gran importancia el físico, y en el que el contacto es el pan de cada día. Y eso es algo que a las piernas de un jugador de 34 años le pesa. Es por eso que esta temporada se vio relegado al banquillo, algo que con la lesión de Marc Gasol difícilmente se volverá a producir. Pero, sin la lesión del español, hemos visto como los minutos de Randolph se reducían de los 34,2 de hace dos años a los 32,5 del año pasado, para en este disputar 28,9.

Todo lo anteriormente dicho son solo los indicios de todo lo que el mundo NBA sospecha hace tiempo: El declive de Zach Randolph ha empezado. La clave es saber si este descenso va a ser lento y continuado en el tiempo, como esta siendo ahora, o se precipitará con celeridad. ¿Quiere decir esto que Z-Bo no tenga hueco en la NBA? Por supuesto que no. No hay más que mirar el caso del ala-pivot de los Spurs, David West. Saber dar un paso atrás es clave en la carrera de un jugador, y puede ser muy fructífera si sabe donde y como darla. Randolph sería bienvenido en cualquier equipo que tenga aspiraciones a PlayOffs de cara al año que viene. Sería la mejor salida para un jugador que ha dado hasta su última gota de sudor por esta camiseta. Un adiós que será bueno para las dos partes: un adiós que agradezca a Randolph una impecable hoja de servicio en Memphis dándole a este gran jugador la oportunidad de luchar por un anillo y, a cambio, obtener rondas de Draft o algún jugador joven que pueda aporta y se acople al núcleo del equipo. Ha llegado el momento de actuar desde la gerencia. Y el tiempo, como se suele decir, vuela.

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