Los Chicago Bulls perdieron la pasada madrugada por más de 20 puntos frente a unos Orlando Magic que están actualmente fuera de Playoffs, habían perdido 6 encuentros de forma consecutiva y contaban los bajas de, probablemente, sus dos mejores jugadores: Nik Vucevic y Victor Oladipo.
A pesar de ello, los de Illinois volvieron a protagonizar otro vergonzoso espectáculo que les llevó a encajar, de nuevo, más de 110 puntos.
Es bastante complicado (por no decir imposible) comprender cómo un equipo que cuenta con los nombres de Derrick Rose, Jimmy Butler y Pau Gasol puede estar realizando una de las temporadas más decepcionantes del año (para algunos sin duda han sido la gran decepción).
Tras la vergonzosa derrota en Orlando, tanto Jimmy Butler como Fred Hoiberg dieron la cara ante los medios de prensa para soltar mensajes un tanto confusos.
Comenzando por Jimmy Butler, el escolta fue preguntado sobre si en este equipo los jugadores eran realmente sinceros los unos con los otros, si tenían conversaciones reales:
«Sí y no. (…) no lo sé. ¿Tenemos jugadores empáticos? Supongo que lo descubriremos en el día de mañana. Descubriremos si alguien tiene algún problema con algún otro o si a alguien no le gusta algo que está haciendo otro jugador. Ahora es el momento de hablar sobre ello. Hemos estad discutiéndolo durante todo el año. No tenemos muchas discusiones, quizá sea algo bueno, o quizá sea algo malo. Espero que las cosas cambien porque todos queremos estar en los Playoffs».
Por si las declaraciones de Jimmy Butler no eran lo suficientemente oscuras y enigmáticas, cuando Hoiberg fue preguntado sobre si este equipo había tirado la toalla, el entrenador de los Bulls contestó que «realmente espero que no, la cosa es que ahora mismo lo que digo no le llega a los jugadores».
Si hay una pregunta que verdaderamente deberíamos hacernos es la siguiente: ¿En algún momento ha llegado el mensaje de Hoiberg a los jugadores esta temporada? Sin duda hemos podido ver a hombres como Taj o Dunleavy, veteranos de la plantilla, salir en defensa del ex entrenador de Iowa State. Pero también hubo momentos al inicio de la temporada (como las declaraciones de Butler acerca de la falta de dureza y disciplina con la que el equipo estaba siendo entrenado) en que Hoiberg no parecía acabar de encajar en el vestuario. Luego se dieron casos como «La Charla» que Hoiberg le dio a McDermott, y a raíz de la cual el alero mejoró su rendimiento de manera prodigiosa.
Sin embargo, quizá el gran problema a día de hoy recaiga en que por mucho que miremos a estos Bulls, no podemos decir que «son los Bulls de Hoiberg», aunque sin duda alguna han dejado de ser «los Bulls de Thibodeau». El problema del equipo es que en cierto punto de la temporada perdieron la identidad que tantos años habían llevado con ellos mismos, y sin embargo no lograron ganar una nueva.
Es difícil intentar encontrar el punto en que las cosas se torcieron. Sería injusto pretender culpar únicamente a un solo factor cuando es obvio que la lamentable situación en la que se encuentra el equipo a día de hoy es el resultado del cúmulo de error tras error.
Recientemente realizamos una encuesta en que os preguntamos a vosotros, los aficionados, el motivo por el cual pensabais que había llegado el fracaso de este año:
Tras casi 200 votos, y unos resultados bastante igualados en las categorías de: jugadores, entrenador y lesiones, el apartado que contaba más votos y sobresalía por encima de los demás era la directiva.
No es algo que viniera de nuevo, especialmente por parte de los fans más próximos de la franquicia de Chicago, los cuales comenzaron en su momento el hashtag #FireGarPax con la intención de echar de sus respectivas posiciones a Gar Forman (General Manager) y John Paxson (Vicepresidente Ejecutivo de Operaciones).
Podríamos considerar que ambos son los principales dirigentes de la franquicia, con las mayores responsabilidades a la hora de confeccionar el equipo. Ya fuese por la contratación de Fred Hoiberg a pesar de mantener un conjunto de jugadores que habían sido entrenados bajo un técnico de características muy diferentes, o por la incapacidad mostrada para buscar soluciones cuando el equipo se encontraba con las manos atadas, mientras que el resto de franquicias se movían activamente para encontrar aquellas piezas que solventaran parte de los problemas que aparecieron a media temporada, Gar Forman y John Paxson no han sabido ayudar al equipo cuando este más lo necesitaba.
Realmente de poco sirve echar una mirada atrás e intentar comprender dónde se encuentra el origen de esta catástrofe. Ahora mismo los Chicago Bulls son un equipo sin alma alguna, a merced completa de prácticamente cualquier conjunto contra el que los toque competir, y es que precisamente, estos Bulls no están compitiendo.
Un año plagado de lesiones, una directiva incapaz de estructura una franquicia de la forma más eficiente posible, un entrenador incapaz de hacer llegar su voz a un vestuario repleto de jugadores estancados e incapaces de reaccionar ante la adversidad.
Todos estos ingredientes nos han llevado a tener ante nuestros ojos a los peores Chicago Bulls de los últimos años, si es que realmente podemos seguir considerando a este equipo los Chicago Bulls.