Más allá de la posibilidad de continuar obteniendo experiencia, el equipo de Wiggins y compañía podían complicar y mucho las posibilidades de alcanzar los Playoffs al local.
En cambio, los Jazz debían jugar no solo contra los Wolves, sino también con la presión que ocasiona la obligación de ganar. La derrota de Houston en su último partido le abría la oportunidad de tomar una pequeñísima diferencia en la lucha por la clasificación a postemporada.
El primer cuarto fue muy parejo, con una actuación destacada en el visitante por parte de Wiggins sumando 12 puntos y dos rebotes ofensivos. En tanto Lyles, el novato de los Jazz, castigaba a distancia con 2 triples y penetraba en otro tanto de ocasiones para ayudar al equipo con 10 puntos. Tan parejo fue el primer cuarto que tuvieron números similares en todos los aspectos del juego: 14 rebotes para la visita y 12 para los Jazz, 2 robos para Utah y 1 para los Wolves, 6 asistencias para los de Minneapolis y 4 para los dirigidos por Snyder. Y en el tanteador, el partido también estaba parejo: Utah 24 Minnesota 25.
El segundo cuarto se presentó de la manera similar, pero el juego de pequeñas rachas se hizo presente: 6 puntos para Minnesota que eran contestados con una racha de 6 por parte del local, otra racha de 6 por la visita que era apagada por otros 5 de Utah. Pero lo más llamativo, fue el resultado final del primer tiempo: 51 a 49 para Utah. ¿Por qué fue lo más llamativo? Porque la visita superó al dueño de casa en cada uno de los aspectos del juego: hizo 6 asistencias más, tomo el doble de rebotes ofensivos que Utah, 4 a 2, robó más pelotas y perdió menos, sin embargo no pudo mostrar superioridad en el tablero ajeno quizá en ese detalle, para nada pequeño, fue el detonante para que los Jazz vayan al descanso con una pequeña diferencia.
El tercero arrancó con los Jazz decididos a buscar el partido con otra intensidad, una ráfaga de Hayward y Gobert le dieron 8 puntos de distancia en apenas 2 minutos, pero de a poco esa intensidad se fue diluyendo, y entre el trabajo de Wiggins y Towns sumando (ellos dos hicieron los 19 puntos del equipo en el cuarto) y peleando cada pelota, la visita consiguió llevar el partido a un terreno de disputa, de prestarse la pelota y obligar al error rival. Igual no alcanzó el esfuerzo, porque por primera vez en el juego se hizo presente la experiencia de algunos de los jugadores de los Jazz: Gobert colaboró con 7 puntos y 5 rebotes; Hayward colaboró con 5 puntos e Ingles con 4 puntos, y le dieron una buena diferencia al final del cuarto: 77 a 68.
El último cuarto encontró a los Jazz decididos, no solo por actitud sino también por juego, a llevarse la victoria. Abrió el último periodo con un triple de Neto, más un par de puntos de Hood y Gobert que pusieron 14 tantos de distancia. En este cuarto por primera vez en el juego se vio a unos Wolves compartiendo la responsabilidad del ataque: Wiggins, LaVine, Bjelica, Rubio y Towns sumaron en el pasaje del cuarto, dos puntos cada uno. Claro está que a pesar del esfuerzo de la visita, el partido caía definitivamente del lado de Utah, aun faltando más de 2 minutos para el final los titulares de los Jazz sumaban doble dígito en puntos: Hayward 22, Lyles 18, Gobert 10 Hood 15 y Mack 16. Pero quizá el punto más alto del encuentro lo tenemos en un Gobert que hizo un gran trabajo en los tableros: 7 rebotes ofensivos y otros 7 en defensa. El resultado no corrió riesgo en ningún momento del cuarto, y el partido terminó siendo para los Jazz por una buena diferencia 98 a 85.
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Para rescatar en el local: el equipo vive y muere por su defensa y tenemos una base estadística irrefutable para decir esto: Cuando a los Jazz le convierten 90 o menos puntos, gana todos los partidos, su récord es de 26 ganados y ninguno perdido. En cambio cuando le encestan 91 puntos o más, tiene serios problemas para llevarse el triunfo: 12 ganados y 38 perdidos.
En tanto, la temporada de la visita se termina, pero a las claras podemos ver que si la base de este equipo se mantiene, en 1 o 2 temporadas más, veremos un gran animador de la Conferencia Oeste comandados por Wiggins y Towns y secundados por unos excelentes compañeros. El aprendizaje podrá ser duro, pero los frutos muy probablemente Minnesota los tenga asegurados.