Para dejarlo claro, Anderson no será la nueva estrella de los Mavericks pero sí que cumple todos los requisitos para convertirse en un segunda o tercera espada de un equipo campeón. Puede mejorar en el aspecto anotador aunque ya es consistente, sabe botar y mover el balón y, sobre todo, es un grandísimo defensor.
Desde que ha saltado al quinteto titular, la pareja Anderson-Matthews ha sido clave para sumar una racha de 4 victorias consecutivas. El rookie está promediando 7.5 rebotes por noche y más de un tapón; pero como toda gran defensa la diferencia no está en las estadísticas, y es que pese a ser el más joven del grupo demuestra una gran voluntad y energía que contagia al resto de sus compañeros. Los Mavericks tienen en Justin Anderson un gran jugador de futuro.