Con la temporada regular a punto de terminar para muchos equipos, se empieza a especular con el futuro de los integrantes de las plantillas que no han conseguido alcanzar los PlayOffs. Esa es la situación, una vez más, de los New York Knicks y de un jugador como Galloway. Se presenta un verano movido en la gerencia del Madison en la que se debe decidir el futuro de muchos jugadores de la plantilla knickerbocker.
Para hacernos una idea, únicamente la estrella del equipo Carmelo Anthony y el rookie sensación de la temporada Kristaps Porzingis tienen el futuro asegurado jugando bajo los focos de la Meca del basket. Jose Calderón, Afflalo, Seraphin, Derrick Williams o Lance Thomas podrían acabar jugando lejos de Nueva York. Otro de los que no tiene el futuro asegurado con la camiseta azulona es Langston Galloway. El sophomore de 24 años, llegado la temporada pasada desde la D-League, todavía tiene margen de mejora dada su edad, pero los Knicks deben plantearse si el combo–guard puede aportar en el futuro inmediato del equipo.
Lo cierto es que la segunda temporada de Galloway con la camiseta de los Knicks no ha sido fácil. Ha tenido una temporada de altibajos tras haber causado sensación en una pasada temporada en la que el equipo vagaba por la zona baja del Este y acabó cuajando la peor temporada de su historia. Su buen hacer le valió una ampliación del contrato que se ha refrendado con grandes actuaciones y tiros, pero también con partidos en los que ha dejado mucho que desear. Al final, viene promediando 7.7 puntos, 3.5 rebotes y 2.5 asistencias en la presente campaña. A favor de Galloway, cabe destacar que sus minutos en el equipo han bajado considerablemente con la llegada de hombres como Afflalo, Porzingis, un Carmelo con más salud e incluso Jerian Grant con el que ha coincidido en muchos momentos en la pista encabezando la segunda unidad knickerbocker.
Hablando de más números, hay una cifra que nos indica el bajón que ha dado el jugador en su rendimiento en el segundo tercio de la temporada regular. Tras haber comenzado con un buenísimo 45% desde la línea de triple ha pasado a fallar 103 de 151 triples intentados. No hay que olvidar que al bueno de «Gallo» siempre le ha acompañado la fama de tirador algo irregular. En total en su carrera acumula un 40% de acierto, y aunque ha tenido meses en los que se ha acercado a la cifra (noviembre, por ejemplo, con un 38%) ha acabado por bajar su nivel de efectividad.
Hablamos, por lo tanto, de un jugador extremadamente inconsistente con su tiro de media y larga distancia. Un jugador que ha acumulado meses geniales en el tiro, y otros con cifras paupérrimas poco dignas de una liga como la NBA. Y es algo que muchos de los seguidores de los Knicks le achacan al ex de los Westchester, su escaso nivel para una liga como la norteramericana.
Su llegada la temporada pasada fue entendida como un parche en un equipo roto por completo, y se ganó a base de mucho esfuerzo en la pista una oportunidad en la presente campaña. Para la próxima, se dice que a Langston Galloway se le dará una nueva oportunidad para demostrar su valía aunque a un coste ínfimo para las arcas neoyorquinas. Como jugador de rol y desde el banquillo, debe mejorar su consistencia y sus porcentajes de tiro para convertirse en un jugador a tener en cuenta en la rotación de los Knicks. Mientras, a Langston Galloway no le queda otra que trabajar. Una nueva oportunidad en la mejor liga del mundo le puede estar esperando.