Como ya sabemos, Lamar Odom (quien militó en distintas filas en la NBA desde 1999 hasta 2013, pasando por Clippers, Heat, Lakers y Mavs) fue ingresado en el hospital en octubre de 2015, habiendo sido encontrado insconciente por consumo de drogas en un prostíbulo. Tras unos meses recuperándose del coma y recuperando la habilidad para hablar y moverse por sí mismo, fue ingresado en un centro de desintoxicación, por consejo de Khloe Kardashian, con quien estuvo casado desde 2009 hasta 2014.
El que fuera integrante de los Lakers desde 2004 hasta 2011, reapareció el pasado miércoles noche por el Staples Center para presenciar el último baile de su amigo Kobe Bryant, con quien compartió vestuario en dichos años. Al terminar dicho partido, Lamar tuvo unas palabras para la prensa a pie de pista, en las que habló sobre lo ocurrido en octubre, afirmando que hace unas cuantas semanas le costaba hablar y caminar pero que su rehabilitación ha dado sus frutos.
El reportero le pregunta por su estado actual, mencionado que Kobe fue una de las primeras personas que fue a visitarlo al hospital durante su coma; y Odom responde:
«Me siento realmente bien, ya estoy mucho mejor; especialmente esta noche. Kobe es un amigo del que aprendí mucho tanto dentro como fuera de la pista.»
«Nunca he sido así de irresponsable, pero ya estoy otra vez con los pies en la tierra. Mi siguiente paso es volver a empezar a jugar a baloncesto. Aún puedo hacerlo.»
Durante su etapa en el hospital y en el centro de desintoxicación, muchos medios de prensa (deportivos o no) inventaban rumores y difundían imágenes de Lamar que afectaban a su imagen real. El reportero menciona esto a Odom y le pregunta cómo hace para sobrellevar esa carga.
«Bueno, siempre hay muchas especulaciones, aunque muy poca gente sabe realmente la verdad de lo que pasó. Simplemente me lo guardo para mí mismo.»
El alero/ala-pívot procedente de Queens (New York) ganó dos títulos de campeón de la NBA formando parte de los Lakers, siendo compañero de Kobe y teniendo una estrecha amistad con él tanto dentro como fuera de las canchas; por lo que no podía faltar a su último partido como profesional.