Ya está finiquitada la regular season y quién iba a pensar que los Portland Trail Blazers, liderados por Damian Lillard, iban a llegar a los Playoffs por el anillo en la misma quinta plaza que el curso pasado. La verdad es que casi nadie lo pensaba, colocando a la franquicia en puestos de tanking, con la finalidad de llevarse una buena elección de cara a la ceremonia del Draft y así realizar una reconstrucción completa. Pero Lillard tenía otros planes y lideró a un grupo de jóvenes inexpertos en un bloque capaz de cualquier cosa, incluso vencer a los Golden State Warriors. Para Lillard nada era imposible:
«Yo sabía que sería complicado, ya que perdimos a jugadores con un papel muy importante y supe que perderíamos más partidos, pero yo tenía fe en estos chicos porque todos eran jugadores con poco rodaje y que en sus anteriores equipos no tuvieron los minutos para demostrar que de verdad eran buenos. El hecho de que todos tuviesen tanta hambre fue lo que me convenció de que podíamos dar la campanada.»
Los cuatro jugadores que saltarían a la titularidad en los sistemas de Terry Stotts serían Mason Plumlee, Al-farouq Aminu, Noah Vonleh y CJ McCollum, quienes en conjunto solo habían disputado 244 partidos como titulares de los 654 partidos que habían disputado hasta esta temporada.
El hecho de que Damian Lillard tuviera un papel de líder indiscutible no le pareció nada mal al base de la Rip City, y dio el visto bueno a la idea de jugar con compañeros sin experiencia:
«Desde principios de temporada les he intentado mostrar confianza, demostrándoles que si hacíamos bien nuestro trabajo llegaríamos a cualquier lado y lograríamos cosas importantes.»
Tras un mal inicio de temporada parecía que la idea de hacer algo grande se complicaba, pero los Blazers no se arrugaron y Lillard les convenció de que era un bache en la temporada:
«Incluso cuando perdimos varios partidos seguidos no nos vinimos abajo, e intentamos trabajar todavía más duro para solucionar los pequeños detalles. Siempre supimos que esto pasaría pues no estaban acostumbrados a jugar tantos minutos. La solución fue la búsqueda de una gran química en el vestuario.»
A finales de diciembre el equipo empezaba a despegar pero la lesión de Damian Lillard, que se perdió sus primeros partidos en toda su carrera, frenó este desarrollo. La vuelta del base mejoró al equipo, y todavía más tras ver que no era elegido para el All Star de Toronto. Los siguientes partidos tras el fin de semana de las estrellas el base demostró a todo el mundo que merecía haber ido a Toronto, logrando partidazos tanto individual como colectivamente. Lillard demostró su frustración sobre este tema:
«Fue un poco frustrante, pero ganar resuelve todos los problemas. En ese momento me di cuenta de que la opinión de la gente sobre mi juego no me iba a dar mejores resultados y me centre en ayudar a mejorar a mi equipo en general.»
Tras ese mal inicio, con récord de 11 victorias y 20 derrotas, mejoraron de tal forma que acabaron con un balance de 33 victorias y 18 derrotas. Gracias a estos resultados veremos a los pupilos de Terry Stotts luchar en la primera ronda de Playoffs contra Los Angeles Clippers, contra los que, en liga, ganaron un partido de los cuatro enfrentamientos que se jugaron. Pero Lillard no le da importancia:
«Solo tenemos que ser nosotros mismos. Salir a jugar duro para que gane el equipo, no las estadísticas individuales. Ellos son un equipo veterano, por lo que no tenemos nada que perder. No hay ningún tipo de presión sobre nosotros para lograr cualquier cosa. Podemos competir de tú a tú, es un hecho»
Enorme temporada de Damian Lillard, donde siempre ha confiado en su equipo y a sabido llevar al equipo a dónde está ahora