
En la pasada noche, durante el partido ante los Houston Rockets, una desafortunada acción defensiva provocó que Stephen Curry sufriera una esguince en el tobillo que tantos males le ha traído. Sin embargo, salvo sorpresa, el jugador revela que se encuentra disponible como para jugar el Game 2 el lunes, aunque ha sido marcado como «cuestionable».
«No veo algún escenario posible en el que no juegue ese partido» decía un convencido Curry tras el partido. «Obviamente, si no se encuentra en riesgo de lesión, eso es lo único de lo que nos tenemos que preocupar. Tengo tolerancia del dolor y esas cosas, sé con qué puedo jugar en la pista, pero no quieres que pase nada más grave. Estaremos con ello durante los próximos días»
Esto fue lo único que preocupó al equipo del estado dorado a lo largo del Game 1, debido a que unos tenues Houston Rockets en ningún momento hicieron saltar las alarmas en la bahía, ya que jugaron un partido muy plano. Sería toda una desgracia que el insignificante hecho acabara por agravarse, conociendo el historial médico de Curry con sus tobillos.
Por el lado contrario, los Houston Rockets y el resto de la NBA deben estar deseando que el principal aspirante a MVP de la actual temporada no pueda jugar el próximo partido, ya que en apenas un cuarto y medio el base de Akron ya había colocado 24 puntos para su equipo, hasta que tuvo que irse al vestuario a ser revisado en el tobillo. Una vez de vuelta al partido tras el descanso, Curry jugó tres minutos durante el tercer cuarto, pero sus gestos provocaron que Kerr lo sacara del parqué tan pronto. Tras esto, el base no dejó de intentar jugar en el último cuarto, ya que contaba con el OK de los médicos.
El jugador, tras recibir hasta tres veces la negativa de Kerr para volver al terreno de juego, se dirigió a los asistentes del entrenador para ver si «le podían dar su piruleta», jugar en el último parcial.
«Hubo un momento en el que incluso acudí a Luke Walton para ver si conseguía ayuda. Luego fui a Bruce Fraser, para intentar conseguir algo de ayuda. Todos lo zarandeamos en balde.»
«Pero para mí no fue algo que me iba a dejar fuera. El entrenador tomó una decisión, de dejarme fuera, a la cual contribuyó el hecho de nuestra cómoda ventaja. Pero como competidor, estaba preparado para volver y darles lo que tenía.»
Tras el suceso, Curry se puso hielo sobre la zona afectada, y aparentó andar correctamente a su llegada a la rueda de prensa, por lo que el mal parece menor.