«Los Dallas Mavericks terminarán en la cola del Oeste»; esta fue la conclusión que muchos sacamos de los análisis de los expertos  en la previa de esta temporada después del fichaje frustrado de DeAndre Jordan. La exageración era evidente; y es que DAJ nunca convertirá a un equipo de las últimas posiciones a ser contender —eso solo lo consigue LeBron James y poco más—. Sin duda, estos Mavs no eran candidatos a terminar en Playoffs; pero con un poco de magia de Nowitzki en la pista y otro poco en la pizarra de Carlisle… el conjunto de Cuban ha podido disfrutar de la postemporada número 15 de las últimas 16 ediciones.

Los fichajes estrellas fueron un todavía lesionado Wesley Matthews y un despedido Deron Williams mientras que, a falta de Jordan, Nelson fichó a tres pívots que no daban muchas garantías —aunque luego dos de ellos sorprendieron a todos—: Zaza Pachulia, Salah Mejri y JaVale McGee. Además, desde el Draft y en la posición 23 llegaba un escolta que era considerado como uno de «los robos»: Justin Anderson.

• Tras una pretemporada nefasta… Una NBA increíble.

0-7… Ese era el récord «esperanzador» que habían acumulado los Mavericks en una pretemporada nefasta donde los dos mejores jugadores fueron John Jenkins (terminó despedido y en los Suns) y Maurice Ndour (actualmente en el Real Madrid); no había ninguna buena razón para confiar en estos Mavs; pero llegaron los partidos oficiales y, con ellos, el verdadero gen competitivo de los Mavericks.

El conjunto de Carlisle, sin Parsons y con un Matthews que volvía de una larga lesión, comenzaron con mucha intensidad el campeonato con dos muy destacados Pachulia y Powell. La escuadra tejana destacaba, principalmente, por saber ganar a los equipos con peor récord que ellos mientras que sufrían mucho contra equipos superiores a ellos. Pasito a pasito los Mavericks se asentaban en la quinta plaza del Oeste con victorias de mucho mérito contra Los Angeles Clippers o los Golden State Warriros. Parsons se encontraba a él mismo como jugador de baloncesto y Raymond Felton y J.J. Barea parecían tener 6 años menos en sus piernas. Todo era un camino de rosas… hasta el All Star; no sabemos qué pasó en ese tiempo de vacaciones, pero lo que es seguro es que los jugadores las alargaron más de lo debido.

Los Dallas Mavericks se metieron en una espiral negativa muy oscura, llegando a tocar fondo con un récord negativo de 31 victorias y 35 derrotas, colocándose fuera de los Playoffs, sin Parsons y con un D-Will muy renqueante. Pero cuando todo estaba perdido, Carlisle hizo jugar a los jugadores que debían jugar y la historia cambió completamente. Una racha de más de 5 victorias consecutivas y victorias contra rivales directos como los Houston Rockets y los Utah Jazz —siendo los ejecutores de estos últimos— colocaron a los Mavericks en una más que meritoria sexta plaza.

Los Playoffs ya eran harina de otro cantar; el físico de los Thunder ya había hecho estragos en los Mavs en la Temporada Regular y no iba a ser una excepción en la postemporada. Solo el segundo partido, donde Kevin Durant se empeñó en perder el encuentro, impidió que la eliminatoria terminase con un más que contundente 4 a 0.

• DIOS convertido en entrenador:

Una temporada más, Rick Carlisle ha demostrado ser uno de los mejores entrenadores de toda la NBA. Carlisle ha sacado oro de una plantilla hecha a base de parches y jugadores poco valorados en al liga. Sin ÉL, los Mavericks no se habrían clasificados a los Playoffs, ni habrían estado cerca de conseguirlo. Aunque sus rotaciones eran un tanto irregulares y, en mi opinión, no daba todos los minutos que merecían los jóvenes; aquí Carlisle es el experto y no hay duda que sabía lo que hacía en cada instante, cada cambio era todo un éxito y ha conseguido que todos los jugadores rindan a un nivel envidiable. Con ÉL en los banquillos los Mavs se aseguran competir temporada sí y temporada también. Su renovación al principio de esta temporada ha sido el mejor fichaje de los tejanos.

• El mejor de los coches alemanes:

Cuando ya había varias voces que retiraban a Dirk Nowitzki, el alemán ha demostrado que todavía tiene cuerda para rato. No solo ha sido el líder espiritual del equipo, sino que también lo era en la pista. Sigue anotando como siempre lo ha hecho, superando a Shaquille O’Neal como sexto máximo anotador en toda la historia de la NBA, casi nada. Además, el ala-pívot ha demostrado un compromiso total con el equipo aceptando, durante muchos minutos en muchos partidos, el puesto de pívot con el small-ball. Nos ha regalado varias exhibiciones: y es que los viejos rockeros nunca mueren.

• Primer paso de un rookie que dará muchas alegrías:

Puede sonar arriesgado proponer a Justin Anderson como la tercera gran noticia de los Mavericks de esta temporada viendo lo bien que ha jugado Parsons cuando ha estado totalmente sano, pero es que el rookie ha demostrado que está preparado para ser jugador de la NBA, y a buen seguro dará muchas alegrías a la franquicia tejana en el futuro. El escolta/alero no contó con muchos minutos al principio de temporada en el primer equipo, pero destacaba en la D-League noche sí y noche también. Llegó el final de la temporada y las lesiones, y Carlisle reclamó a Anderson para el puesto de alero titular, destapándose como un grandísimo defensor/reboteador y como un atacante muy sólido (con mucho margen de mejora además). El robo de este pasado Draft tiene nombre y apellido y es de los Mavericks.

• Valoración personal:

¿Qué nota poner a un equipo que aspiraba a estar por debajo de equipos como los T-Wolves, los Nuggets y que lo ponían a la altura de los Lakers y que terminó sexto? Gran campaña de los hombres de Carlisle —para mí, entre los tres mejores entrenadores de la temporada junto con Stotts y Stevens— fueron competitivos pese a todas las adversidades que sufrieron y se convirtieron en equipo de Playoffs ganando a rivales directos en los partidos finales; cuando los nervios pasan más facturas a la mayoría de los jugadores.

El experimento salió bien esta temporada. Seguir con esta dinámica de intentar hacer equipos ultracompetitivos a base de fichajes cuando Dallas no es de los mercados más llamativos es, a mi visión, una estrategia errónea cuando la repites temporada sí y temporada también.

Pero en lo que concierne a esta temporada; la actuación de los Mavericks ha sido excelente y merecen todo el respeto de todo aquel que siga la NBA.

• La nota de los Dallas Mavericks 2015/16:

8.5