A pesar del heróico triple de Kyle Lowry desde media cancha en el último suspiro del partido para forzar la prórroga ayer contra Miami Heat, el base no está pasando por su mejor momento. No ha sido una mala actuación aislada en el partido de ayer, sino que ya durante la serie contra Indiana mostró una versión muy distinta a la que vimos durante la temporada regular.
Durante la temporada regular, Lowry promedió 21’2 puntos, 4’7 rebotes y 6’4 asistencias con un 42’7% de acierto en tiros de campo y un 38’8% desde la línea de tres, en 37 minutos de media por partido; mientras que en estos playoffs, sus números son muy distintos, con 13 puntos, 4’1 rebotes y 7’4 asistencias, con un 30’6% de acierto en tiros de campo y un 16% desde la línea de tres, en 39 minutos de media por partido.
Este cambio sin duda no ha pasado desapercibido, y muchos han hecho sus críticas sobre el juego de Lowry y sus pésimos porcentajes. Algo de lo que el propio Kyle también se ha dado cuenta.
«Tiré a canasta muchas veces. Creo que la mala puntería es lo que me ha pasado esta noche». Dijo Lowry tras el partido del martes.
Y Kyle se quedó ensayando el tiro (por su propia voluntad) en el Air Canada Centre hasta la 1 de la madrugada, con un silencio mortal en el pabellón vacío.
«Lanzo bien el balón cuando estoy solo, pero he estado solo… es raro. He pasado por malas rachas de tiro como 3stas, pero ahora no es eso, y eso es lo que apesta. Es una mierda que esté jugando tan mal cuando todos los ojos están puestos en mí, porque sé que soy mucho mejor que esto».
Si bien es verdad que la postemporada de Lowry está muy por debajo de lo que ha demostrado que puede hacer, es admirable su determinación para mejorar cuando más importa.