Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y eso es lo que ha pasado una vez más en Gipuzkoa Basket, donde la derrota de hoy en Badalona ante el FIATC Joventut por un ajustado 90-88 ha certificado el descenso matemático del equipo entrenado por Porfi Fisca de la Liga Endesa por segundo año consecutivo.
Y es que la victoria de ayer de Río Natura Monbus Obradoiro distanciaba al cuadro vasco en cuatro partidos de la salvación y solo un triple empate a victorias le daba opciones de mantener la categoría, una opción que con la derrota de hoy ante la penya se antoja imposible matemáticamente.
Un equipo que ha dado síntomas de ser equipo de LEB Oro desde el principio de la temporada, cuando todavía era Jaume Ponsarnau el encargado de dirigir el equipo de Illumbe y que no ha salido de posiciones de descenso en todo el año, ocupando prácticamente durante toda la temporada la última posición en la tabla.
Un descenso que llega en un año en el que todo apunta que si que habrá ascensos, por lo menos uno, y es que el Club Ourense Baloncesto pactó el ascenso para esta temporada con la ACB después de que no pudiera hacer frente al pago del canon en los plazos exigidos por la competición.
Una situación que solo deja a los de Porfi Fisac la opción de mantener la categoría la remota posibilidad de que, un año más, no haya ascensos deportivos desde la LEB Oro y consiga una heroica remontada, ganando los tres partidos que le quedan y empatando con Movistar Estudiantes a victorias al final de la temporada en un último partido que medirá a estos dos equipos en Illumbe y despedirá, al menos a uno, de la competición hasta otro año. Eso sí, para que esto ocurra, los de Sergio Valdeolmillos deben perder todos sus partidos.