
Llegó la ansiada noche del Draft, y a pesar de que en la gran mayoría de los casos parecía que Wade Baldwin iba a ser la selección de Chicago Bulls con ese pick 14 de primera ronda, saltó la «sorpresa» con la elección final de Denzel Valentine.
¿Por qué marco la palabra sorpresa entre comillas? Muy simple. Ofensivamente, Denzel Valentine aporta a los Bulls de Fred Hoiberg todo lo que el entrenador pudiera desear. Un jugador que ha completado satisfactoriamente su curso universitario, de 22 años, mejorando año tras año en aspectos de su juego que le han llevado a mejorar sus promedios de 5 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, además de un paupérrimo 28% en triples en su temporada freshman, a finalizar su etapa universitaria con 19 puntos, 7 rebotes, 7 asistencias y un acierto del 44% en triples. Sin duda, ética de trabajo y dedicación es algo que no le falta para nada a este jugador.
Además, si destacamos que los puntos clave del esquema de Fred Hoiberg se basan en un juego rápido y con un gran papel del triple, pocas opciones mejores (si es que alguna) habían en este Draft. No solo por el simple hecho de haberse convertido en un gran triplista, sino porque posee una lectura del juego de muy alto nivel, ya sea en los contraataques o en el half-court. Por algo fue el máximo candidato a llevarse el premio de mejor jugador universitario junto a Buddy Hield (Hield lo acabó ganando en última instancia).
Valentine ha demostrado tener una gran mente para el baloncesto, una increíble ética de trabajo y un carácter ganador, y a pesar de todas esas increíbles cualidades, siguen habiendo muchísimos interrogantes a su alrededor.
Para comenzar, la idea de cómo encajará ahora mismo en la plantilla de los Bulls. Recapitulemos y recordemos que los Bulls se han hecho recientemente con los servicios de Spencer Dinwiddie, Jerian Grant y José Manuel Calderón. Se habían adquirido a dos bases jóvenes y atléticos y a un veterano con un gran IQ de juego. Adquisiciones en un principio necesarias dada la salida a la agencia libre de Aaron Brooks e E’Twaun Moore, y el traspaso de Derrick Rose. Partiendo de la base de que Valentine es un jugador que necesita tener el balón en las manos y ser en gran medida el centro del juego (a pesar de haber demostrado ser muy eficiente off-ball), es complicado imaginar cómo va a encajar en el equipo.
Valentine es posiblemente el jugador con mayor capacidad para jugar de base que los Bulls tienen ahora mismo (si observamos únicamente el aspecto ofensivo), a eso hay que sumarle el hecho de que Dinwiddie y Grant han contado más bien con pocos minutos, y también que Jimmy Butler mostró una gran predilección por contar con el balón en sus manos en esta pasada temporada. Si el roster pasara este verano sin demasiados cambios en este aspecto, y estos fueran los jugadores llamados a dirigir el juego del equipo, es muy probable que debiéramos quitarnos de la cabeza la idea de tener a un único base encargado de dirigir el juego. Es decir, tanto Valentine como Butler van a requerir el balón en ciertos momentos y circunstancias, y es imposible que no coincidan en pista con ninguno de los otros dos jugadores mencionados, por lo que, en cierta medida, se favorecería el juego ágil que Hoiberg tanto gusta, si es que Butler pusiera de su parte para no reducir demasiado el tempo del juego.
Hasta el momento no parece que la llegada de Valentine deba suponer un gran problema, ya que a pesar de necesitar el balón como Butler, lo utilizar para crear un juego más fluido que no el actual jugador franquicia de los Bulls. El gran problema al que tarde o temprano debíamos llegar, es el nivel defensivo de Valentine. Es un caso muy similar al de Doug McDermott: agilidad y movimiento lateral tremendamente limitado que le supone el ser superado por gran cantidad de jugadores del backcourt. Si bien es cierto que en los últimos meses ha recibido reconocimiento de bastantes periodistas por haber mejorado el aspecto defensivo de su juego, sigue siendo un apartado que debe generar bastantes dudas, ya que si tenemos en cuenta que ha tenido que llegar hasta su temporada senior y, en el último momento, desarrollar un nivel defensivo suficiente como para no suponer una gran lacra en el equipo, cuesta pensar que no vaya a tener problemas desde el principio con atletas mucho mejor preparados que no los que encontramos en la NCAA.
En conclusión, las dudas que deba generar Valentine defensivamente recaen no solamente en él, sino en el hecho de que la pasada temporada el equipo se mostró muy débil en este apartado del juego. Será complicado ver una situación en que Doug McDermott y Denzel Valentine puedan coincidir en la cancha al mismo tiempo sin que ello suponga un bajón importante del nivel defensivo del equipo. A pesar de ello, si la franquicia logra juntar las piezas adecuadas, y a nivel de equipo se trabaja como para solventar los problemas individuales de cada jugador, Valentine puede ser un tremendo acierto por las grandes cualidades que reúne para el baloncesto, y en especial para el estilo Hoiberg.