Doug McDermott, de la suplencia al estrellato

Con una ideología prácticamente determinada para la próxima temporada, todo apunta a que la llegada de agentes libres provechosos será inexistente, debido principalmente a la falta de actividad del General Manager de los Chicago Bulls Gar Forman, quien ha comunicado que su intención de contactar con agentes libres ha sido nula por el momento, que es preferible esperar a la agencia libre de 2017. Ante dicha actitud repleta de sosiego y por la marcha de pilares ofensivos en la franquicia de Illinois como Derrick Rose o Pau Gasol, serán los propios «supervivientes» del roster de los Chicago Bulls de la pasada campaña quienes tendrán la responsabilidad de echarse al equipo a las espaldas. Entre ellos, hemos de destacar como una de las principales bazas a Doug McDermott, cuyo salto a la titularidad es evidente y, a su vez, absolutamente necesario para los Chicago Bulls, quienes están realmente necesitados de jugadores con capacidad de asumir lanzamientos y, sobre todo, anotarlos.

Se aproxima una temporada verdaderamente dificultosa para todo aficionado de los Chicago Bulls. La falta de anotadores será un problema cuya repercusión será todavía mayor en los actuales Bulls, centrados en ganar los partidos anotando más que su rival y sin apenas centrarse en la defensa. La pasada temporada fue utilizada, por así decirlo, como una pequeña transición del juego extremadamente defensivo de Tom Thibodeau hacia «la locura ofensiva» planteada por Fred Hoiberg. Dicha estrategia no obtuvo el resultado esperado, y los Chicago Bulls desaparecieron de los PlayOffs por primera vez en 9 años, desaprovechando una plantilla con verdaderas expectativas de realizar una campaña exitosa. Por eso el fracaso afectó tan bruscamente, las aspiraciones eran muy altas, Chicago soñaba con derrocar al fin al inexpugnable estandarte de la Conferencia Este llamado LeBron James, pero sus soldados se perdieron de camino a la batalla, fueron vencidos en las trincheras.

Tras promediar 9’4 puntos en apenas 23 minutos de juego (en la mayoría de ocasiones ejerciendo como suplente), es incuestionable que el rol de Doug McDermott crecerá considerablemente en la próxima temporada llegando a convertirse en uno de los pilares ofensivos del equipo junto con la superestrella de los Chicago Bulls, la gran imagen de la franquicia tras la salida de Derrick Rose, Jimmy Butler. Además, en dichas estadísticas logradas la pasada campaña existe un dato fascinante y esperanzador que hace referencia a la calidad del jugador, como es su porcentaje en el lanzamiento exterior. Doug mantuvo un 42’47 % en triples durante toda la campaña, siendo así el 5º jugador de la competición en dicha estadística. Gesta intachable. Por tanto, el salto de calidad de McDermott es inminente a la par que obligatorio para los Chicago Bulls, que sufren de una falta evidente de anotadores exteriores en su róster.

Además, existe otro factor clave para el desarrollo del jugador, como es el entrenador. La función del entrenador siempre es esencial para el crecimiento de todo jugador, en ocasiones, sistema y jugador no coinciden. Este no es el caso. Desde su llegada a los Chicago Bulls, Fred Hoiberg ha dejado absolutamente clara la importancia de Doug McDermott dentro de su sistema de juego basado en la anotación y el lanzamiento exterior (principales cualidades en el exquisito juego ofensivo de Doug). Por tanto, todo nos hace pensar que el futuro del jugador de 24 años procedente de Creighton es brillante, aunque existe una laguna en su juego bien clara e importante que hizo de su persona un  jugador innecesario para el anterior entrenador de los Chicago Bulls, Tom Thibodeau: la defensa. Para Tom la defensa era el factor clave del juego, era la diferencia entre ganar partidos o no; entre pelear por el campeonato o ser «una banda». Su actitud defensiva es prácticamente nula, y aunque su calidad ofensiva sea espléndida y la falta de hincapié defensiva por parte del planteamiento del entrenador exista, todo equipo ganador necesita aplicarse en defensa, por tanto, Doug McDermott tendrá que mejorarla considerablemente si los Chicago Bulls quieren utilizarle, en un futuro quizás lejano, como una de sus piezas fundamentales para pelear por el título, que se prevé inalcanzable a corto plazo.

A priori, todo parece favorable para Doug McDermott. Cuenta con la aprobación de la directiva y la confianza plena del entrenador en su juego, lo cual es sencillamente fundamental para el desarrollo en el juego de todo anotador y situará su confianza por las nubes. Así, con mucho que ganar y poco que perder se adentrará en una temporada que puede ser fundamental para su futuro profesional, una temporada que puede situarle como una de las estrellas de los Chicago Bulls y, dificultosamente, de la NBA. O puede terminar de afirmar que su sitio en la mejor liga de baloncesto del mundo es ejercer como suplente y aportar su granito de arena a la causa de todo equipo. La diferencia es abismal. Su salto al estrellato está en progresión, las condiciones existen, la oportunidad está cerca de llegar. Rasgos esperanzadores se han presentado ante Doug McDermott. Su redención está más próxima.