Jusuf Nurkić se está tomando en serio este verano. Tras medio año de juego regular tras deslumbrar en su año “rookie” y sufrir una lesión que le tuvo más de medio año apartado de las canchas, además de hacerle volver con una forma física y una actitud nada recomendables para una correcta práctica del baloncesto, ha decidido ponerse a currar como un loco para llegar al inicio de la temporada en una gran forma. En las últimas dos semanas, el pívot bosnio ha pasado de pesar 127 kilos a 111, lo que supone una pérdida considerable, que sin duda va a tener un impacto en su juego. El “center” de los Nuggets ha hablado al respecto:
“Ha sido todo gracias a Steve Hess (preparador físico de los Nuggets) y mi ética de trabajo. Quiero estar sano, y estoy dispuesto a hacer lo que sea para conseguirlo. 16 kilos menos, y estoy en buena forma. Me siento fuerte y sano. Me siento genial. Estoy muy emocionado por todo lo que me espera a partir de ahora.”
Esta bajada de peso puede traer tantas cosas buenas como malas al propio jugador y, por ende, al juego del equipo:
Lo Bueno:
Puede que este duro entrenamiento, aparte de reducir su peso, indique también un cambio de actitud. Como decíamos antes, tras su lesión, Nurkić pasó de ser un novato que quería comerse el mundo a un jugador apático y sin ganas de jugar y disfrutar el baloncesto, lo que afectó a su carácter y estadísticas. Puede que gracias a esto recupere la confianza en sí mismo que le hacía enfrentarse verbalmente a algunos de los mejores pívots de la liga, desconcentrándolos y sacándoles del partido. Dentro de lo baloncestístico, le permitirá una mayor rapidez a la hora de atacar y defender a su par, que seguro se nota a la hora de dar mayor rapidez al movimiento de balón, su juego en el poste y le permite una mayor velocidad en los desplazamientos laterales y más capacidad de salto para machacar, rebotear y taponar.
Lo Malo:
También hay que recordar que la gran cantidad de rebotes y acciones defensivas destacadas con las que sorprendió a propios y extraños en la temporada 2014-2015 venían dadas por su fuerza, que le permitía enfrentarse a las bestias de la mejor liga del mundo como iguales, peleándose en la zona con bichos como DeMarcus Cosins y Andre Drummond. Esta pérdida de kilos puede suponer una desventaja a la hora de utilizar su cuerpo tanto en ataque y defensa en el poste bajo, además de que intimidará menos a la hora de rebotear y en las penetraciones de los rivales.