En plena agencia libre, los Lakers van conformando la plantilla de la temporada 2016/17. Tras cerrar la renovación de Jordan Clarkson, y las contrataciones de Timofy Mozgov y Luol Deng, los angelinos siguen trabajando en la confección del roster. Con las altas prácticamente cerradas, a la espera de algún fichaje más, los Lakers también planean bajas. O baja. En concreto, la de Nick Young. Y es que cada día es más evidente que el veterano alero está más fuera que dentro de la plantilla, aparte de que parece complicado encontrar un rol al jugador en el nuevo sistema de Luke Walton.
A Nick Young le quedan 2 años de contrato (el último con opción de jugador), a razón de unos $11M. Un contrato bastante asequible, viendo el actual estado del mercado, que no supone un problema en el tope salarial de la franquicia angelina. Aun así, se antoja necesario un cambio de aires en el vestuario tras el incidente que tuvo el jugador con D’Angelo Russell, cuando el rookie grabó al veterano jugador en una conversación íntima en la que confesaba una infidelidad a su ya ex-pareja, Iggy Azalea.
Parece claro que los Lakers habrían llegado a la misma conclusión. Mike Bresnahan, de Los Angeles Times, informa que «será una gran sorpresa si Nick Young no es traspasado o cortado antes del Training Camp. Mark Medina, de Los Angeles Daily News, se hizo eco de esta situación en un programa de radio por la mañana, asegurando que los Lakers le buscan nuevo hogar a Nick Young.
Swaggy P tuvo una de sus mejores temporadas de su carrera bajo el mando de Mike D’Antoni en su primera temporada en el equipo, pero desde entonces su aportación al equipo ha ido disminuyendo considerablemente. En la pasada campaña, solo anotó el 33.9% de los tiros que lanzó.
Será considerablemente complicado que algún equipo esté dispuesto a desprenderse de algo interesante para recibir a Young, pero los Lakers podrían encontrar un equipo que necesite llegar al mínimo de salario (unos 83M) en el tope salarial y recibir alguna ronda del Draft.
La opción más «probable» sería la de un buyout, es decir, cortar al jugador y pagarle su contrato en varios años. Al quedarle 2 años, se aplicaría el «doble de contrato +1», por lo que Lakers tendría que pagarle los $11M de su contrato durante 5 años, lo que supondría unos $2.2M por temporada, un gasto casi insignificante con la impresionante crecida del tope salarial de los próximos años.