El nuevo jugador de los Bulls, Rajon Rondo, quiso darle la sorpresa a un grupo de chavales, provenientes de un barrio complicado de Chicago. El campeón de la NBA (2008) es uno de los jugadores que más se involucran en el factor social de la liga. Esta vez fueron un grupo de diez niños los seleccionados, para compartir tiempo y una cena con el nuevo base de los Chicago Bulls.
Rondo quiso estar cerca con algunos jóvenes de Chicago, donde la violencia armada es algo común. Datos del «Chicago Tribune» cifran en 2.988 personas perjudicadas por la violencia armada, en Chicago el año pasado.
«Estos chicos necesitan mentores afroamericanos como modelos a seguir».
«Puedo ofrecer mi tiempo, que es algo muy importante para ellos». «Necesitan a alguien que sepa que les importa y que pueda resolver todas sus preguntas».
El jugador de 30 años, es originario de Louisville, Kentucky, creció en un hogar de madre soltera con su hermano mayor y su hermana menor. Es un jugador veterano en estos aspectos, ya que lleva 10 años con estos servicios a la comunidad que tanto promociona la NBA. Rajon Rondo se ha involucrado en los últimos años en las tutorías de chicos afroamericanos desfavorecidos en su ciudad natal. Él piensa que, en esta etapa de su vida, es muy importante que ellos tengan una persona en la que fijarse y que les sirva de guía/tutor.
La impresión fue de tal magnitud, que a los chicos les costó soltar palabra al principio, varios fueros los minutos donde la sorpresa inicial, dio pie a un periodo de entusiasmo. Fue el propio jugador el que rompió el hielo, y logró sacarle conversación al grupo de escolares. Los chicos nunca habían estado en un restaurante de lujo, y menos en una sala privada, reservada por el jugador y su agente para esta ocasión.
Verdaderas dificultades, solo uno de los 10 tenían un padre que vive en el hogar. Algunos de los niños presentes no había probado nunca los calamares, fue el propio jugador el que insistió en que probaran la comida. Otro de los chicos, según explicaba el propio Rondo, tenía que hacer largas caminatas para evitar meterse en peleas. Muchos de los chicos, le comentaron al jugador que tenían miedo de recibir un disparo. De familias muy pobres, estos chicos tienen que encontrar la forma de sobrellevar familia y estudios, algunos en situaciones muy precarias.
La cena se suponía que debía durar unas dos horas. Se terminó yendo al doble de tiempo. Después, Rondo se echó fotos con el grupo y entregó a cada niño un regalo de 50$ para ayudar a sus familias con acción de gracias.
Los chicos ahora se hacen llamar: «The Rondo 10»