La década no empezó nada bien en la Motown, cuando los Detroit Pistons, con el Joe Dumars malvado a la cabeza, empezaban a desvariar y a salir a buscar el periódico en calzoncillos y bata. En aquel despropósito de oficina también hubo buenas noticias, como las de meter a Rasheed Wallace en un banquillo como asistente o la de draftear a buenos jugadores, como Brandon Knight, Khris Middleton, Greg Monroe o Andre Drummond. Éste último ha sido el que ha prosperado en la ciudad, y ahora, echando una mirada al pasado, se lleva las manos en la cabeza y corre hacia Van Gundy y le pide que no le suelte de la mano jamás.
La verdad es que razones tiene. Andre Drummond llegó a la Motown con un paquete físico debajo del brazo, pero una nula técnica que mostrar. Y sus entrenadores no le ayudaron mucho, porque no tuvieron tiempo para hacerlo (si juzgamos su papel con el equipo, tampoco deberíamos haber tenido demasiadas esperanzas). La temporada en la que Dre llegó, el equipo estaba comandado por Lawrence Frank, que zarpó esa misma temporada. Posteriormente Maurice Cheeks llegó, pero tampoco triunfó, y el segundo a bordo, Jon Loyer, se hizo cargo del aparato con muy buenas intenciones pero con poco acierto. Ahora que Van Gundy ha llegado, Drummond ha desplegado su mejor juego, y le vamos viendo la técnica que puede llegar a desplegar.
En total, han sido 4 entrenadores y dos asistentes que se centraron especialmente en él, Roy Rogers en la época de Frank, y Sheed Wallace con Cheeks. Y todo esto en 4 temporadas. Y suerte que en estas dos con Van Gundy todo está mas estable.
Andre Drummond ha declarado un par de cosas sobre el tema:
«Vosotros sabéis que he estado con cuatro o cinco entrenadores durante estos años. Soy el único jugador de mi año aquí, así que esto dice bastante sobre consistencia».
«Obviamente ahora tengo un entrenador consistente, así que estoy ansioso por ver lo que hacemos esta temporada. Y sé que Stan lo siente igual».