
En el estado de Carolina del Norte, a nivel universitario, suelen salir grandes jugadores, pero sobre todo grandes entrenadores, como por ejemplo Dean Smith, Mike (Coach K) Krzyzewski, y actualmente, Steve Clifford, actual entrenador de los Hornets.
A la hora de los triunfos siempre se llevan los méritos los jugadores, mientras que el entrenador pasa a un segundo plano, cosa que podemos observar en los Charlotte Hornets. Steve Clifford, desde que cogió al equipo hace tres años no ha hecho más que hacer buenas temporadas, y lo que es más importante, cada temporada que pasa es mejor que la anterior. De esta forma, la temporada pasada consiguió devolverle a la ciudad de Charlotte el sueño de los PlayOffs, y dicha aparición fue bastante digna, cayendo en un séptimo partido contra unos Miami Heat que venían muy fuertes y confiados.
Este verano no está siendo de los más movidos en los despachos de los Hornets, se han producido salidas bastantes importantes como por ejemplo la de Jeremy Lin y Al Jefferson, pero también se han hecho fichajes como el de Roy Hibbert o el de Ramon Sessions. Si analizamos la influencia en el juego de los fichajes, es obvio que los Hornets pierden en calidad, pero ganan en experiencia, lo que le podrá venir muy bien a la plantilla de Clifford, ya que cuentan con jugadores jóvenes que necesitan un «mentor» en el vestuario.
De lo que sí que podemos estar seguros es de que con Clifford al frente de la plantilla, el equipo se mostrará competitivo, solo hay que ver sus promedios. En 246 partidos que ha dirigido, ha ganado 124, por lo que tiene un porcentaje de victorias de 0.504 en tres temporadas, le superan Allan Bristow que dirigió al equipo desde el 91 al 96 y obtuvo 207 victorias en 410 partidos (porcentaje de victorias de 0.505), y Dave Cowens, que estuvo en los banquillos de Charlotte entre el 97 y el 99 y consiguió 109 victorias en 179 partidos (porcentaje de victorias del 0.608). Gran parte de sus éxitos se deben a que estuvo de ayudante de los hermanos Van Gundy durante 12 años, tanto de Jeff como de Stan, con paradas en Nueva York, Orlando y Los Ángeles hasta finalmente recalar en Charlotte.
También hay que elogiar a los despachos de Charlotte, porque en vez de invertir en un buen jugador se invirtió en contratar a Clifford y crear un equipo acorde a sus peticiones. Todo el mundo en Charlotte está encantado con el trabajo que está realizando y proporciona una seguridad y una estabilidad que pocos equipos tienen en la NBA.