La nueva temporada 2016-2017 está a punto de comenzar y algunos ya atreven a hacer predicciones sobre quién ganará el anillo, quién se meterá en playoffs, qué equipos van a progresar respecto al año pasado y qué franquicias van a ser las decepciones. Pero si hay una idea que ronda por la cabeza de todos los amantes de esta liga, y más aún a los aficionados de Oklahoma City Thunder, es la de quién será el siguiente MVP. Numerosas fuentes, expertos y demás entendidos de este deporte ya se han mojado y la mayoría coincide en que será Russell Westbrook quien se lleve el prestigioso galardón.
A priori, es evidente el porqué tener esta percepción. Una vez que Kevin Durant abandonó el equipo este verano, toda la responsabilidad y el liderazgo recae en manos de Russ. Tiene la obligación de enseñarle al mundo que puede llevar a la franquicia a lo más alto y dejar a un lado ese prototipo de chico «alocado» del que a veces se le acusa.
Sin embargo, hay alguno que se atreve a poner en duda la consecución del trofeo por parte de Westbrook, sobre todo viendo el rival a batir, Golden State Warriors, que cuenta en su plantel con otros dos candidatos a la distinción con Curry y el mencionado Durant. A excepción de las cortas temporadas de 1998-1999 y 2011-2012 debido a los lockouts, ningún jugador ha conseguido ganar el MVP jugando en un equipo con menos de 50 partidos ganados y quedando por debajo de la tercera posición en su conferencia, salvo Moses Malone con los Houston Rockets en 1982,seis años antes de que Russell Westbrook naciera.
Si las lesiones lo permiten, los Thunder deberían entrar en los playoffs de esta temporada, pero ganar más de 50 partidos y quedar terceros o mejor en el Oeste puede antojarse complicado. Eso, por supuesto, no quiere decir que Russ no pueda ganar el premio. La definición literal del MVP es la de jugador más valioso. Y eso es lo que Westbrook suscita ahora mismo. Sea cual sea el récord de Thunder, ya ganen 56 partidos y queden segundos o ganen 45 y queden sextos, el gran artífice de ello va a ser sin duda Russell.
La referencia más cercana que tenemos acerca de lo que Russell Westbrook es capaz de hacer cuando es el faro del equipo está en la temporada 14-15, donde Durant se perdió 55 partidos por su lesión en el pie. El rendimiento del jugador californiano durante ese tramo fue descomunal. Hizo que el baloncesto que profesaba era más peligroso que fumar en una gasolinera desde el punto de vista de la inflamabilidad.
Para los escépticos, desde mitad de Enero hasta el final de la temporada regular, Westbrook promedió 30 puntos, 9.4 asistencias y 8.2 rebotes por partido. En este trecho realizó 11 triples-dobles y 15 de los 17 partidos con 35 puntos o más. Una auténtica salvajada a la altura de muy pocos jugadores actuales, por no decir de la historia.
Por eso es de extrañar que quedase cuarto en la lucha por el MVP de aquel año, por detrás de Stephen Curry, James Harden y LeBron James. Lo que debería ayudar a Russell Westbrook en la 16-17 es el hecho de que su competencia por el premio es esencialmente con los mismos jugadores (más Durant) y que cada contendiente viene con el objetivo de arrebatarle el galardón al considerar su seria candidatura. Él es el máximo favorito y los demás tendrán que dar lo mejor de sí mismos para intentar derrocarle.
Cierto es que Durant y Curry unidos pueden formar una de la duplas más grandes y temibles de la historia del baloncesto, pero parten con la desventaja de que podrían anularse mutuamente al querer ser ambos el timonel de los Warriors. Al igual que Westrbook, otros candidatos como Harden o el recuperado Anthony Davis son parte de un equipo que probablemente no estén el el top 3 de la Conferencia Oeste. LeBron James por su parte, seguirá manteniendo intacto el status de mejor jugador de la NBA para muchos de los fans de la liga, a pesar de que lleve 3 años sin ganarlo. Esta temporada jugará su partido número 1000 en noviembre y los 32 años están a la vuelta de la esquina. Kawhi Leonard puede dar mucho de que hablar, aparte de que tiene un equipo más que competitivo con los Spurs, pero tendría que seguir mejorando sus números.
Sin embargo, siempre va a haber detractores que critiquen el juego de Russell Westbrook y los diversos bajones que tiene en su eficiencia. Más allá de ser un remolino de explosividad baloncestística, Russ no es una amenaza desde más allá del 7,25 y solo ha rebasado el 44% de acierto en tiros de campo tres veces en sus 8 años de carrera. A eso algunos le suman su toma de malas decisiones en algunos lances de partidos importantes. En los últimos 50 años, solo Derrick Rose (2011) y Allen Iverson (2001) ganó el MVP de la NBA con un porcentaje de tiros de campo inferior al 45%, y ambos eran catalizadores para el Nº1. Este año, Westbrook entra con una marca en su carrera del 43,5% en tiros de campo, que incluye un 42,6% durante su estratósferica campaña 2014-2015.
Aun así, apostar por Russell Westbrook ahora no se ve como algo arriesgado. Pero en una liga que ha experimentado tal cambio en esta offseason, no es nada descabellado que los candidatos este año tiendan a ser Harden, Davis o George, que reúnen las mismas características que los Thunder, es decir, equipos que actualmente no están considerados aspirantes al título.
Pero si alguien puede hacer cambiar de opinión a los más indecisos, es Westbrook. A punto de cumplir 28 años y recientemente renovado, puede que esté en el punto más álgido de su carrera y en plena madurez profesional. Y cuando se trata de desafíos, nunca debemos olvidar a Westbrook como uno de los jugadores más motivados de la NBA. Que asumirá el timón del equipo no nos cabe duda. Puede que lleve a Oklahoma a ¿por qué no? otras finales de Conferencia. Se antoja peliaguda la tarea, e incluso alzarse con el MVP, pero si hay alguien que es capaz de alterar el orden lógico de las cosas, estamos ante el mejor candidato.
Tengo muchas ganas de ver a Russell esta temporada como líder absoluto. Siempre ha sido un crack, pero antes siempre era «Wesbrook y Durant», ahora solo es el… con un gran equipo, por supuesto, pero único super-mega-crack. ¡A ver qué tal lo hace!