El Agitatoallas, semana I: Una suerte de peinado

Las curiosidades en el estreno de los Boston Celtics
El agitatoallas del Garden observa lo que nadie ve (Montaje: Álvaro Méndez)

Tiene el mejor sitio del pabellón, no juega, o bien porque es muy malo o porque se cansa, pero eso sí, es el más activo en las celebraciones. Así es El Agitatoallas de turno en la NBA, y con el inicio del curso 16/17 en la liga, también lo tendremos en El Despacho de Auerbach. Con el debut ante los Brooklyn Nets ya a nuestras espaldas, repasaremos qué nos ha dejado la primera jornada de los Boston Celtics más allá del mero baloncesto, y lo haremos cada jueves en tono de humor (esperemos) para intentar que saquen una sonrisa. Toalla al viento, que ya empezamos.

El peinado del año

Cuando pensábamos que ya no íbamos a más después de ver las cabezas de Marcus Smart y Jared Sullinger el año pasado, alguien ha subido el nivel. Afortunadamente, nuestro primer protagonista no ha optado por ese mohawk de un color que intentaba asemejarse al rubio con el que los otros dos «angelitos» demostraron un sentido estético pésimo o una vista con dobles cifras de dioptrías. En efecto, si vieron el partido ante los Brooklyn Nets, sabrán que me refiero a Gerald Green.

Tras tener que dejar forzosamente los Celtics para que Kevin Garnett aterrizara en Boston, Green ha demostrado no haber olvidado sus colores; aquellos con los que disputó sus primeros minutos en la NBA. El jugador tejano deslumbró a propios y extraños con un peinado difícil de explicar (en serio, quién c… ha hecho eso) en el que podíamos observar un trébol, el gran símbolo de la franquicia, justo en el centro de su cabeza. Green ha reconocido haber echado mucho de menos al equipo y la ciudad, y de verdad debe sentirse así para salir a la calle y que la gente te vea la televisión de esa guisa. Ahí quedará el peinado, pero si algo demostró el gran Gerald en su redebut con los Celtics, es que si en algo no va a cortarse es en tirar.

Jeremy Lin, Presidente del Consejo de Administración de «Los Cuatro de Copas«

Hablando de peinados dignos de estudio, tenemos que tratar a uno de los enemigos íntimos de los Celtics en las últimas temporadas. Da igual qué camiseta lleve, pero lo que es seguro es que Jeremy Lin va a aprovechar cada partido ante los verdes para volver a recordar aquellos tiempos de Linsanity en los que nadie podía detenerle, aunque también es cierto es que ante los Nets Boston no paraba ni el autobús. Con los Knicks, con los Rockets, con los Lakers, con los Hornets, y ahora en nuestra misma división con Brooklyn para dar el coñazo más a menudo, el base formado en Harvard volvió a ser un auténtico dolor de cabeza, y fue uno de los grandes protagonistas del susto previo a Halloween que los Nets protagonizaron en el último cuarto. Lin firmó 18 puntos; cifra que conociendo su historial quizás no alcance hasta nuestro próximo enfrentamiento. Empiezo a sospechar que en Harvard, a pocos minutos de Boston, alguien tenía por costumbre meterse con el pobre chaval enfundado en la elástica verde.

Vuelve la moda de los ’80

Todo debut es día de estrenos esperados, y por ello, el primer partido de la temporada era el momento de Al Horford y Jaylen Brown. El primero no tardó en dar muestras del bien que va a traer al equipo, mientras que el segundo dejó buenas sensaciones en los minutos en los que disfrutó en cancha, pero también algo curioso para los más observadores. El rookie de los Celtics lució unos pantalones cortos, muy cortos, como los que llevaban en nuestra amada década de los 80 los Bird, McHale, Parish y compañía. Ante tamaño estilismo, los periodistas tuvieron que hacer la pregunta obligatoria tras el partido.

-¿Estás intentando traer los pantalones cortos (más) de vuelta?

-Jaylen Brown: Yo no diría eso.

-Isaiah Thomas: Yo sí lo diría

– JB: Supongo que los míos son muy cortos.

Parece que los pantalones del novato tampoco pasaron desapercibidos para sus compañeros, o quizás Thomas estaba molesto porque por el tamaño fueran suyos. Sin duda Brown tuvo un estreno movidito. Anotó sus primeros puntos en la NBA, casi mata (literal) a Justin Hamilton en un intento de mate salvaje, y comprobó de primera mano la guasa de la parroquia celtic cuando pisaba la línea de tiros libres y los aficionados recordaban al equipo rival porqué el rookie va ahora de verde con el cántico: «Brooklyn’s Draft Pick».

El otro equipo de nuestros corazones

Pocas franquicias son más queridas en Boston como los Brooklyn Nets. El descarado robo a mano armada de Danny Ainge al traspasar a Pierce y Garnett al equipo de Nueva York todavía sigue dando sus frutos en forma de muy buenas elecciones de Draft. Jaylen Brown es uno de los resultados de esa estafa, pero hay que recordar que todavía los Celtics disponen de la primera ronda de los Nets para la próxima campaña. Tal es el amor de Boston hacia Brooklyn que a escasos minutos del comienzo del duelo se afirmó que los de Kenny Atkinson formarían con la camiseta blanca local, mientras que los Celtics lucirían la verde visitante. Puede que conscientes del cachondeo, los Nets acabaron enfundándose su elástica negra en el Garden, aunque en el fondo los sintamos como un equipo hermano. Toda derrota de Brooklyn es motivo de alegría, y por suerte Boston pudo poner la primera en su casillero. Aquí un servidor sigue pensando en crear un change.org para que retiremos un dorsal al genio de Billy King (General Manager de los Nets en aquel magnífico traspaso).

Tiempo de Gi…NO

La noche prometía. Primer partido del año, en casa, y ante los presumiblemente débiles Brooklyn Nets. Salvo algunas, bueno, muchas lagunas defensivas por parte de los de Brad Stevens, el plan seguía su curso y con 20 puntos de diferencia ya en el último cuarto, los espectadores en el Garden se preparaban para mover el esqueleto con el mítico Gino en el vídeomarcador, pero la cosa se torció. Los Celtics bajaron las revoluciones con la segunda unidad y Brooklyn se acercaba más y más en el marcador con el paso de los minutos. Todavía con cara de incredulidad, Boston tuvo que ver como Bogdanovic dispuso de dos triples para empatar el partido en los últimos segundos, pero los fallos del croata hicieron que recuperáramos la respiración y cerráramos la primera victoria del curso. Gino no pudo bailar, pero visto lo visto, tampoco nos podemos quejar.

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Comentarios (3)
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  • Almendiz

    Tiempo de Gi…No , es el humor más fino que he leído en años.

    • Sergio Hernández

      Cuando se está inspirado pasa esto. Que nadie espere mucho más a lo largo del año, es lo que hay.