Como ya es habitual, el campeón de la NBA (Cleveland Cavaliers) ha ido a visitar al todavía Presidente de los EE.UU. y a ofrecerle el título, aprovechando la estancia de Cleveland en Washington a tenor del partido de esta noche frente a los Wizards.
El protagonista absoluto de este acto, celebrado en el South Lawn, jardín del recinto presidencial, fue Barack Obama. Parece que le vino bien celebrar esta ceremonia tras el tenso encuentro con Donald Trump horas antes, ya que al presidente demócrata se le vio especialmente suelto, como si ya hubiera pasado el peor trago del día y quisiera simplemente disfrutar. Y vaya si lo hizo.
Obama elogió en todo momento a la franquicia de Ohio, alegrándose de que por fin «Cleveland y Campeón vayan juntos en la misma frase». A partir de ese comienzo, realizó un discurso con muchos tintes de superación ante la adversidad, posiblemente con la intención de animar a los votantes de su partido tras el varapalo de las elecciones.
El presidente destacó el hecho de que los Cleveland Cavaliers hayan sido «el primer equipo en escapar de un hoyo como ese (el 3-1 en contra en las Finales)», con «una recuperación espectacular que sirve para aprender lo que tienes que hacer cuando estás abajo».
En relación con las Finales del pasado junio, Obama, seguidor reconocido de Chicago Bulls, agradeció en tono jocoso la victoria a los Cleveland Cavaliers, ya que «al ganar a los Warriors lograron que los Bulls de 1996 sigan siendo el mejor equipo de todos los tiempos«.
Una vez finalizadas sus palabras sobre el equipo en general, Obama, ya imparable, quiso ir más allá hablando de todos y cada uno de los jugadores de manera individual, e incluso de Tyronn Lue, de quien aprovechó su lugar de origen (México, ciudad del estado de Missouri) para tirar una pulla a Trump, lo que provocó las risas de los asistentes:
«Tyronn Lue es el orgullo de México, Missouri».
Pero sin duda la mayor parte de los halagos del presidente tenían un claro destino: LeBron James. Obama subrayó las cualidades físicas del estandarte de Cleveland Cavaliers, pero donde se explayó fundamentalmente fue a la hora de hablar de su personalidad:
«Destaco a LeBron por su carácter, compromiso, determinación y su insistencia en buscar siempre la mejor jugada posible».
No quiso olvidar tampoco las labores sociales que James realiza, destacando las iniciativas tomadas por el ’23’ para reducir la violencia con armas de fuego, uno de los principales objetivos de la política demócrata durante estos últimos cuatro años. En este aspecto añadió también a Kevin Love y sus programas para luchar contra las agresiones sexuales, englobando a ambos compañeros de equipo en la nueva generación de deportistas que aprovechan su posición y su relevancia social para hablar y mejorar el país.
Para finalizar el acto, el propio Love le entregó una camiseta de los Cavs con el número 16. Obama no pasó por alto el detalle de que la camiseta era con mangas, y, rememorando la famosa escena de la temporada pasada de LeBron, comentó que las mangas eran muy estrechas, y que piensa rasgarlas. No se le pasa una.
Sin embargo, a pesar de la bonita y divertida ceremonia, el vídeo más viral de las últimas horas lo ha protagonizado Michelle Obama, que se prestó junto a buena parte de la plantilla de los Cleveland Cavaliers a realizar el Mannequin Challenge, nueva moda entre los estadounidenses. El resultado, la verdad, es espectacular.
https://twitter.com/cavs/status/796875152780763136