Quedaba solo un cuarto de partido. 10 minutos y al vestuario, así de sencillo. Se las deseaba felices el conjunto coruñés para vencer a los palentinos ante su público y maquillar la derrota del pasado domingo en Cáceres. Pero algo falló en la maquinaria de un equipo que se dejó hacer en este último periodo.
Llegaba a Coruña el primero de los tres «titanes» a los que el Leyma Básquet Coruña iba a tener que enfrentarse en este tramo de calendario. El Palencia se presentaba, como en todos los encuentros que disputa, como rival a batir. Y no era para menos: al núcleo de un equipo artífice de un ascenso deportivo no consumado por motivos puramente económicos, se han ido sumado grandes talentos, entre veteranos en la categoría y prometedores jóvenes, el último de ellos el ex cantera FCB, Mamadou Samb. No era cosa de broma la envergadura de rival potente que a A Coruña llevaba consigo el equipo colegial.
Por otro lado, el equipo entrenado por Tito Díaz, a pesar del último mal cuarto que le había costado el partido en tierras extremeñas, estaba avalado por otros tantos datos -entre ellos el coliderato- que sin duda aseguraban un partido vibrante.
Los tres primeros cuartos iban a seguir una tónica similar: un partido de opciones, con el Básquet Coruña un poco por delante en el marcador, ganando el primer periodo por una diferencia de 3 puntos y el segundo por 2. Así, un parcial de 8 – 0 pasados los primeros 5 minutos daba algo de ventaja a los de Tito Díaz. Zyle y Peña mandaban, uno desde la zona, donde estaba haciendo un excelente trabajo frenando a los gigantescos interiores palentinos y anotando con consistencia, y el otro desde el perímetro, cimentando las ventajas en el tiro exterior, recordándole a los hombres de morado que es de los mejores tiradores de la liga, y su equipo es el que mejor porcentaje en tiro exterior tiene. Así, con el partido abierto, se iba a llegar al descanso con 45 – 40 en el marcador. Se estaba viendo un buen juego por parte de ambos equipos; sin embargo, las carencias en el juego del Leyma Básquet Coruña se estaban empezando a notar: los hombres exteriores de Palencia estaban consiguiendo muchos tiros liberados o canastas fáciles debajo del aro debido a la completa falta de ayudas entre sus defensores. A la postre, les daría la victoria.
El tercer cuarto auguraba la misma dinámica para los últimos 20 minutos de juego. No iba a ser sí, sin embargo. La estadística de tiros exteriores de los de naranja se empezaba a resentir, y la defensa 2 -3 tras canasta que había decidido colocar Tito Díaz no estaba dando buen resultado, con Blanch y Bas bombardeando el aro sin ningún reparo. El trabajo ofensivo de Sergio Olmos, sin embargo – con 10 puntos en los 10 minutos de periodo- iba a arrojar su justo resultado, y el marcador respetaba al Básquet Coruña, que seguía aventajando a Palencia, esta vez en únicamente dos puntos.
Sin embargo, en el último cuarto, algo falló. Colapso general de un equipo cansado, en palabras de su entrenador «saturado física y mentalmente». Así fue, de hecho, la crónica de la debacle: empezado el último cuarto, y con los palentinos pisando el acelerador y empezando a pasar a los locales, Tito Díaz decide pedir un tiempo muerto tras dos robos seguidos sufridos en el medio campo, que había originado sendas canastas fáciles al contraataque. A la vuelta, la defensa rival aprieta, dos canastas fáciles falladas. A defender, y la segunda ayuda no llega en ningún ataque. Bien los francotiradores que tienen por fuera, bien los hombres cortando haciendo dentro aprovechando los desajustes defensivos, el caso es que, inmisericordes, Palencia sigue anotando ante el ahogo del Leyma Básquet Coruña. A pesar de los últimos intentos por recortar la diferencia, el marcador iba a reflejar la cifra de 82 – 88, y el balance un 7 – 3 con el que los muchachos de Tito Díaz quedan apeados del liderato, en el que se mantiene en solitario Gipuzkoa.
Tras el partido, salía el entrenador del Básquet Coruña a hablar con los medios. En palabras de Díaz, había que reconocer el mérito de Palencia, que habían jugado, probablemente, su mejor partido en lo que llevan de temporada. Así, se mostraba satisfecho porque, para ganar a su equipo,» hace falta sudar«. También tuvo palabras elogiosas para los suyos:
«Podemos permitirnos jugar un mal cuarto alguna vez«, haciendo énfasis en el cansancio de los pupilos a los que dirige, «llevamos tres semanas teniendo un día de descanso entre todos los viajes, partidos, entrenamientos… estamos saturados tanto física como mentalmente, y eso se nota«.
Destacó el hecho de tener dos días de descanso esta vez, que los jugadores van a aprovechar, a buen seguro; y sólo piensa en el siguiente partido, ante Lleida, en este tramo de calendario que se antoja complicado.