Nate Robinson, el base de 1,75 que enamoró a la NBA y a todo aficionado al baloncesto con sus increíbles mates (no olvidemos que es el jugador que más veces ha ganado el concurso de mates, consiguiéndolo hasta en 3 ocasiones), parece tener un futuro lejos de la liga. Esta sospecha proviene de la información publicada por Spicchi d’Arancia en el día de ayer, revelando el interés del Dinamo Sassari, equipo perteneciente a la Serie A italiana, por el pequeño base nacido en Seattle.
Como sabemos, Nate Robinson es todo un «trotamundos», ya que a lo largo de su carrera ha jugado en nueve equipos diferentes, destacando en los New York Nicks y en los Chicago Bulls. El curso pasado, realizó la pretemporada con los New Orleans Pelicans, por lo que parecía asegurarse un futuro en la liga. Finalmente ésto no fue así, debido a que fue cortado nada más comenzar la temporada regular y por lo tanto, no llegó a disputar ningún minuto de de ésta. Tras quedarse sin equipo y estando inactivo durante varios meses (intentó jugar en China pero no fue posible), Nate decidió firmar el pasado mes de marzo por el Hapoel Tel Aviv B.C. Cabe destacar que consiguió finalizar la temporada promediando 16,2 puntos, 1,6 rebotes y 2,9 asistencias por partido, estadísticas muy aceptables teniendo en cuenta su pasada inactividad.
Dejando atrás su paso por la liga israelí, lo último que conocemos deportivamente de Nate Robinson es que probó suerte en el fútbol americano, ya que realizó realizó una prueba con los Seattle Seahawks, equipo perteneciente a la NFL.
Actualmente, con todas las plantillas de la NBA cerradas, el base norteamericano se encuentra nuevamente sin equipo. A sus 32 años, ha demostrado que puede ser un jugador importante dentro de un equipo europeo, por lo que el Dinamo Sassari se está planteando ofrecerle un contrato con el objetivo de contar con él durante la presente temporada, sabiendo que Robinson es un excelente anotador, con una gran capacidad ofensiva pese a su altura. Sus estadísticas durante once temporadas en la NBA así lo demuestran, promediando 11 puntos, 2,3 rebotes y 3 asistencias por partido, a pesar de haber asumido siempre un rol secundario dentro de sus equipos.