En baloncesto, como en cualquier otro deporte, los jugadores tienden a las rachas. Eso está claro. Rachas buenas y malas. Por ello, el que triunfa en este mundo suele ser el que logra mantenerse a base de consistencia y trabajo duro. Y eso Alvin Gentry lo sabe. Por eso, desde que llegara a New Orleans, hemos visto como en los minutos finales juegan los jugadores que mejor forma habían mostrado durante el partido y, sobre todo, en la posición de escolta, donde la abundancia de jugadores le hace tener dónde elegir. Estas han sido sus declaraciones:
«Creo que eso es lo que todos los entrenadores intentan hacer. Cuando el tipo está jugando bien, entonces, evidentemente, los minutos se extienden y, si no es así, entonces lo intenta otro. Tal vez sea un poco un duelo impulsado, pero al final del partido hay que sumar puntos, por lo que si un chico tiene la mano caliente, tiene que estar ahí».
La alternativa es triple: Langston Galloway, Buddy Hield y E’Twaun Moore. Todos capaces de abrir la cancha y tirar de 3 en jugadas de catch&shoot, pero no con un puesto de titular claro en los momentos de clutch.
Ante Miami, por ejemplo, fue Galloway el que tuvo esa responsabilidad, cumpliéndola, ya que anotó dos triples cruciales para la victoria en esos momentos. Sin embargo, jugó 6 minutos ante Oklahoma City Thunder y ninguno ante Philadelphia 76ers. Una de cal y otra de arena.
Además ahora la rotación se extiende debido a la vuelta de Tyreke Evans, quién ahora está acaparando tan solo 15 minutos pero, a medida que pase el tiempo, lo normal sería que duplicara dicha cifra:
«Lo único que tenemos que hacer es tratar de encontrar una manera de asegurarse de que siempre tenemos tiradores en el campo con Tyreke.» – dijo Alvin Gentry. – «Creo que es un jugador desequilibrante y un reproductor desinteresado. Por lo tanto, solo tenemos que tener chicos por ahí con él que sean capaces de anotar tiros».
En los finales de partido, las defensas tienden a marcar doblemente a Anthony Davis, con lo que es muy importante tener tiradores que abran el campo. Ante Miami se demostró.