«Es su primer game-winner con nosotros y predigo que será el primero de mucho», así de confiado se mostró Rick Carlisle del futuro de Harrison Barnes en los Dallas Mavericks. Pero no se quedó allí, pues sus siguientes declaraciones son todavía más halagadoras:
«Pones el balón en las manos de tu mejor jugador y le das la oportunidad de ganar el partido. Y eso fue lo que hicimos con Harrison Barnes».
Esta canasta ganadora no ha hecho que el estadounidense se ponga por encima del 41, de hecho, el alemán no para de recordarle al joven alero que todavía es Dirk «el que escribió el libro de jugadas». Y la verdad es que se ve en Harrison Barnes el trabajo que han estado haciendo ambos compañeros. El juego desde la media distancia, su capacidad para postear y, sobre todo, la habilidad estrenada de Barnes para crearse sus propios tiros son una muestra de que Dirk ha servido de mentor para el «40».
¿Es un punto y aparte este partido? La realidad es que la moral de los jugadores tras el tiro de Harrison Barnes subió como la espuma y, además, se vio reforzado viéndose a solo tres partidos de unos PlayOffs que, si bien todavía no están perdidos, provocarán un largo debate en Texas.