Cada vez más analistas de la NBA se están cuestionando el papel de Dwight Howard en Atlanta Hawks.
Lo que sí es inapelable es que, estadísticas en mano, el pívot está realizando un buen año en cuanto a rendimiento individual se refiere. En 28,9 minutos, el pívot natural de Atlanta está promediando 14,4 puntos, 13 rebotes y 1,2 asistencias por partido.
Llama la atención especialmente su porcentaje de campo, que actualmente está en un 64,6% (3º mejor jugador de la liga, únicamente superado por Rudy Gobert y DeAndre Jordan).
En comparación al año pasado el jugador ha optimizado ligeramente su rendimiento. Jugando 4 minutos menos (disputaba 32,1 el año pasado), anota 0,7 puntos más por partido (anotaba 13,7 puntos) y captura 1,2 rebotes más por partido (11,8 en la 2015/2016).
El problema, que hay que decir que apenas se planteaba cuando Atlanta comenzó la temporada ganando 9 de los 11 primeros partidos, viene porque entienden que Dwight Howard no se está ajustando bien al movimiento de balón que propone Mike Budenholzer en ataque, y a pesar de ser muy eficiente a nivel individual entienden que su presencia en cancha lastra el ataque colectivo de Atlanta Hawks. Quienes están a favor de este argumento defienden que la franquicia necesita un pívot con un estilo de juego similar al de Al Horford, y no un estilo contrapuesto al del pívot dominicano como el de Dwight Howard.
El tiempo nos dirá si Budenholzer es capaz de ensamblar las piezas de las que dispone, pero no parece para nada descabellado afirmar que, a día de hoy, Howard sigue siendo un jugador importante dentro de la NBA y uno de los mejores pívots de la liga.