Hay muchas cosas de la NBA de antaño que se desconocen, al igual que se deben desconocer muchas cosas que ocurren hoy en día en la liga, las cuales no llegan a salir de las oficinas. En este último capítulo de ‘cosas que no sabíamos sobre la NBA’, George Karl explica en su libro cómo Michael Jordan apoyó el ‘casi’ traspaso de Scottie Pippen a los Seattle Supersonics.
Corría el año 1994, y con Michael Jordan en aquel momento retirado y dedicándose al baseball profesional, a George Karl se le presentó una propuesta de parte de los Chicago Bulls: Shawn Kemp y Ricky Pierce por Scottie Pippen.
«Los Bulls vieron una oportunidad. Cuatro días antes del Draft, Jerry Krause me llamó. El GM de Chicago, que me había visitado en España, tenía una propuesta: Kemp, Pierce, y nuestro pick de primer ronda por Pippen. Pippen era el mejor alero, o tres, de la liga. No había nada que no se le diera bien. Durante uno de los retiros de Michael, Scottie lideró a su equipos en las cinco categorías principales (puntos, rebotes, asistencias, robos y tapones), algo tan raro que solo había pasado una vez en toda la historia de la NBA. Pero con su compañero de travesías MJ jugando ahora al baseball, Pippen podía sentirse un tanto desconectado. Cuando intenté imaginar a los Sonics sin Shawn sabía que le echaríamos de menos, pero me emocioné mucho imaginando a Gary y Scottie juntos; asfixiarían a los exteriores rivales. Sin embargo, todo traspaso conlleva un debate. Estaba a favor de este, pero no las tenía todas conmigo».
«Llamé a Michael (Jordan), (…) y entonces hablamos sobre el gran acuerdo que había sido propuesto. Le dije, ‘¿deberíamos hacerlo?’, ‘hazlo’, dijo él. ‘Scottie puede hacer mejores al resto de tus jugadores, Kemp no puede‘».
¿Qué ocurrió para que dicho traspaso no se llevara a cabo tras que todo pareciera cerrado? Según cuenta Karl, las informaciones sobre el traspaso llegaron hasta la prensa, y desde esta terminó por llegar a los aficionados. Muchos se sintieron enfadados y frustrados dado el sprecio que se tenía a la figura de Kemp, hasta el punto en el que el traspaso acabó siendo rechazado, dejando como resultado al GM de los Chicago Bulls con un enfado de los que se quedan en el recuerdo.