Hace cuatro años, los Washington Wizards elegían durante el Draft de 2012 a Tomáš Satoranský en la 2ª ronda. La llegada del base checo a la NBA se hizo esperar, pero este verano por fin se consumó tras una larga espera para cumplir un sueño.
Sato, como cariñosamente se le conoce en Sevilla, llegó a la capital hispalense con 17 años, donde permanecería durante cinco años. El Baloncesto Sevilla (actual Betis Energía Plus) era el equipo perfecto para desarrollar a una joven promesa como él, como también lo hicieron posteriormente Porzingis y Willy Hernangómez. Allí estuvo bajo la batuta de Joan Plaza (3 temporadas) y de Aíto García Reneses (2 temporadas)
Tras su paso por tierras andaluzas, llegaría al FC Barcelona, donde le vimos competir al máximo nivel en Europa, antes de dar el gran salto a la NBA. Este verano, con Washington firmó un contrato por tres temporadas y 9 millones de dólares.
Durante la pretemporada y primeras semanas de la competición, vimos a Satoranský jugar como base suplente de la segunda unidad. Sus buenos minutos le posicionaron en la rotación por delante de Trey Burke. La batalla por los momentos de descanso de su estrella, John Wall, estaba servida.
Pero algo cambió en el esquema de Scott Brooks tras su mal arranque. El técnico desplazó al checo a posiciones de escolta y alero, quedando Wall y Burke como bases de la plantilla. En dichas posiciones hemos visto a un Tomas muy desubicado, y su número de minutos ha sido reducido considerablemente. Hasta tal punto que no ha jugado prácticamente durante la buena racha de los capitalinos en diciembre.
Recientemente, el afamado The Washington Post se hacía eco de unas declaraciones de Tomáš Satoranský, respecto a su situación.
«Comenzamos a jugar mejor con el equipo que estaba en la cancha. El entrenador tiene confianza en esos tipos. No es fácil, para mí, estar en esa posición. Tienes que hacer todo lo necesario para permanecer en la rotación. Intento ser un jugador de equipo.«
También comenta la dificultad, para un jugador de su envergadura, que tiene defender bases “más pequeños y rápidos” en la liga.
Por último, el bueno de Sato no pierde la esperanza, y se vuelve a mostrar paciente. Como ya lo hizo cuatro años, en la ACB, sabiendo que tarde o temprano sería un Wizards. Era su destino, y conociéndolo… no desistirá.