Los Dallas Mavericks están obligados a competir y a ganar partidos, por lo menos, mientras el objetivo siga siendo luchar por cualquier posición de PO. Tal es esa obligación que los partidos de los Mavs están siendo muy diferentes a los de los últimos años. Las anotaciones de más de 220 puntos (entre ambos equipos) y las ofensivas rápidas y fluidas han dado paso a partidos más lentos, trabajados, defensivos y con menos anotación. Deron Williams es uno de los jugadores que más ha notado este cambio, y no lo está haciendo nada mal.
De este hecho habló el base de los Mavs, Deron Williams, tras el encuentro que ganaron a Los Angeles Lakers en el Staples Center:
«Los pocos partidos que hemos ganado este año, no dejamos anotarles 110 o 115 puntos. Los dejamos en 90».
Esto no ha terminado de ser del agrado de todo el mundo. Pero Deron Williams no da tanta importancia a gustar a los aficionados, es consciente de que lo relevante es sumar triunfos:
«Yo prefiero ganar feo cada día que perder bonito».
Este roster de los Mavs, más jóvenes, atléticos y defensivos, ha permitido a Rick Carlisle aportar unas nuevas características a los texanos que les han permitido seguir siendo medianamente competitivos pese a los muchos problemas que han tenido.
Un dato adicional es que el rendimiento ofensivo de un jugador marcadamente defensivo es vital para las victorias. Si Dorian Finney-Smith anota más de 10 puntos (ante los Lakers metió 12) los Dallas Mavericks tienen un récord de 5 victorias y solo una derrota.