Los mejores minutos de los Dallas Mavericks en está complicada temporada han sido cuando han jugado un claro «small-ball» con, principalmente, Harrison Barnes y Dorian Finney-Smith ocupando la posición de «4» móvil. Pese a ello, la pareja interior titular —cuando han estado ambos sanos— ha sido mucho más clásica; formada por Dirk Nowitzki y por Andrew Bogut. Pero parece que esa combinación tiene los días contados.
Desde Dallas se está jugando con la opción de relegar a Andrew Bogut al banquillo y que comience el alemán como center acompañado de jugadores más jóvenes y atléticos. Esta opción, que todavía no se ha podido llevar a cabo ante los pocos encuentros que han coincidido ambos jugadores, daría de más experiencia y defensa a la segunda unidad y, además, no se daría la opción a los rivales de cargar toda su ofensiva en su ala-pívot sabiendo como sufre el «41» con ellos. Ya que es evidente que Dirk Nowitzki, actualmente, se siente más cómodo en esa posición.
Respecto a esto, Dirk Nowitzki todavía no pierde la esperanza:
«Todo el mundo debe sacrificarse un poco. Sigo pensando que cuando esté completamente sano y jugando todos mis minutos demostraremos que podemos jugar juntos. No estoy dispuesto a tirar la toalla en nuestro combo 4/5, pero hasta hace poco no hemos estado bien».
La relación entre ambos jugadores es buena fuera de la pista; se respetan y mantienen una amistad; pero sus esfuerzos no están dando sus frutos dentro de la pista. Rick Carlisle es consciente de este problema y tiene en mente este movimiento estratégico; pero no es sencillo aplicarlo. Dirk ha estado mucho tiempo lesionado y todavía está con minutos restringidos y Andrew Bogut está en una situación similar, perdiéndose partidos por precaución.
Solo el tiempo dirá si los Mavericks cambian sus esquemas o los mantienen y, sobre todo, si eso les termina dando resultado.