Esta madrugada, los Golden State Warriors perdieron por 128-119 ante los Grizzlies, dejando evidentes errores a lo largo del tiempo regular y la prórroga acontecida en el Oracle Arena.
«Estamos probando cosas diferentes, simplemente no las hemos ejecutado muy bien».
El entrenador dub, Steve Kerr, atribuía la derrota con estas declaraciones a nuevos ajustes mal ejecutados, pero la realidad es que lo visto sobre la pista del Oracle no fue nada nuevo. Su equipo hizo gala del sensacional juego que llevan practicando toda la temporada. Los Grizzlies no tenían nada que hacer ante un auténtico vendaval, dirigido por una de las mejores versiones de Curry en la temporada. Al comienzo del último cuarto, los Warriors dominaban por 19 puntos, pero una vez más realizaron una pésima gestión de las ventajas.
«Esto definitivamente pica«.
Así es como Durant decía sentirse tras perder este último partido. Pero esta sensación no debe ser nueva para él, pues en las seis derrotas que ha sufrido su equipo, predomina una razón. La mala gestión de las ventajas parecen la tónica dominante en los de Kerr. Ventajas que no solo se han perdido en las derrotas, también en las victorias los Golden State Warriors han tenido bajones en el marcador, atribuidos a la excesiva relajación, que hacían pensar en posibles derrotas.
«Hay cosas que necesitamos corregir si queremos ganar un campeonato» comentaba Green. «Obviamente, tenemos un largo camino por delante. Todavía estamos aprendiendo de cada uno» concluía Durant.
Derrota dura, espero que sirva para que el equipo aprenda de sus errores. Mejor que pase esto ahora y no en PO.
Todas las derrotas están llegando de una manera bastante similar. Hay que tomar medidas.
Por una parte, es bueno que los jugadores estén reconociendo que la vida no es perfecta en la bahía, y que todavía deben mejorar ciertos aspectos de su juego, pero lo que no puede ser es está pésima administración de las ventajas, que ya empieza a ser tópico en los dubs. Esto sólo ha sido regular season, pero, en unas finales de conferencia, o en unas finales de nba esto puede ser motivo de destrucción de la confianza del equipo, con el consecuente fracaso tras todo el hype acumulado.