Los New York Knicks vencieron a los Milwaukee Bucks, cortando así la mala racha que arrastraban de seis partidos consecutivos sin conocer la victoria. Con la vuelta de Kristaps Porzingis después de su lesión, aportando en ambos lados de la pista, y el gran partido de Carmelo Anthony con dobles figuras de 10 asistencias, todos podrían pensar que fueron los únicos héroes de la noche.
Nada más lejos de la realidad; sin quitar mérito de las dos grandes actuaciones de las estrellas de los New York Knicks, el que fue una pieza clave en la victoria, fue el rookie Ron Baker, que dejó sentados en el banquillo durante los minutos calientes a nada más y nada menos que Derrick Rose y Brandon Jennings.
Ron Baker, no es para nada habitual en la rotación de Jeff Hornacek, pero en este partido acabó con seis puntos, dos rebotes y cuatro asistencias, y el equipo tuvo un +18 en sus 12 minutos sobre la cancha, siendo una pieza vital en la organización del equipo y en las defensas de final de partido. Salió en el último cuarto con el equipo perdiendo de 13 puntos, tomó siempre la decisión correcta y acabó sin pérdidas de balones. Fue una gran apuesta del entrenador, que se deshizo en elogios al acabar el partido.
“Ron estuvo genial. Hizo las jugadas, sin forzar nada, pasándosela al jugador abierto. Cuando haces eso, consigues buenos tiros y puedes lanzar con un alto porcentaje.”
Ron Baker estuvo genial mucho más allá de esos números, ya que forzó una flagrante al veterano Jason Terry y metió varios tiros decisivos. Veremos si su buen partido le sirve para tener más minutos y oportunidades. De momento, en el partido siguiente, en que los New York Knicks perdieron ante los Indiana Pacers, Ron Baker solo disputó los minutos del último cuarto, cuando el partido ya estaba decidido.