Duelo de alta tensión el que se vivió anoche en The Q. Unos necesitados Cleveland Cavaliers debían reafirmarse ante su público después de la mala racha de resultados que traviesa su equipo, dejando atrás un muy mal mes de enero en el que firmaron un récord negativo de 7-8. Mientras tanto, Minnesota llegaba al territorio del campeón en una buena racha, con 8 victorias en los últimos 11 partidos que mantienen a los de Thibodeau soñando con los ansiados Play-Offs.
Quintetos iniciales:
Cleveland Cavaliers: Kyrie Irving, Iman Shumpert, Lebron James, Channing Frye, Tristan Thompson.
Minnesota Timberwolves: Ricky Rubio, Zach Lavine, Andrew Wiggins, Gorgui Dieng, Karl-Anthony Towns.
Salieron mucho más centrados los Wolves al partido con un parcial de 10-2 que sorprendió a los Cavaliers, aunque éstos reaccionaron enseguida a golpe de triple. Sensacional duelo entre Ricky (9 puntos, 5 asistencias) e Irving (7 puntos, 8 asistencias). El cuarto se convirtió en un intercambio de canastas que acabó decantándose para los Cavs por 32-36.
Aprenderían la lección los Cavaliers, que saldrían al segundo período como una moto triturando a los Wolves desde el perímetro gracias a las asistencias de Kyrie Irving y las penetraciones de Lebron James, pero pronto reaccionarían los de Thibodeau de la mano de Ricky Rubio y Andrew Wiggins. Un 2º cuarto muy igualado que se llevaría Minnesota por 1 punto para irse al vestuario con 60-63 en el marcador.
Tras el descanso, los Cavaliers salieron a morder y se colocaron 10 puntos arriba en tan sólo 3 minutos de tercer cuarto. Thompson se convirtió en un arma letal de los Cavs con 8 rebotes ofensivos y 12 puntos. La gran diferencia del tercer cuarto fue que los Cavaliers empezaron a defender y Minnesota no. Tras estar 20 puntos por detrás en el marcador, los Wolves se colocaron a 14 puntos, 79-93 al final del tercer cuarto.
El último cuarto llevaría la misma inercia del tercero. Unos Timberwolves desdibujados y lastrados por el bajón del tercer cuarto encadenaban fallos y pérdidas en ataque mientras que los de Cleveland seguían pasando el rodillo. Un implacable Lebron James (27-8-12) se encargó de sofocar cualquier conato de remontada que intentaran los de Minnesota. Al final, 97 – 125 para los locales.
Lebron, el asesino silencioso
Tras un comienzo dubitativo, los Cavaliers pasaron el rodillo por encima de unos más que blanditos Timberwolves. En la mayoría de fases del partido veíamos como ciertos jugadores de Cleveland destacaban: Irving asistiendo, Thompson reboteando, Korver anotando… Lebron James fue el más destacado del encuentro, pero no el que más se vio. Anota, asiste, rebotea, organiza, defiende… Lo hace todo tan regular que ya no es noticia que acabe el partido con 27 puntos, 8 rebotes y 12 asistencias. Muchos golpearon a los Wolves anoche, pero fue Lebron quien en la sombra les mató.