La magia del Staples Center

Como todos sabemos, el mundo está lleno de religiones: musulmana, cristiana y un largo etcétera. Todas ellas tienen un lugar determinado especial. La musulmana tiene la Meca, la cristiana Jerusalén… Y la Fiebre Amarilla tiene el Staples Center, en Los Angeles.

La apertura de este coloso se dio un 17 de octubre de 1999, aunque Los Angeles Lakers tuvieron que esperar al 2 de noviembre del mismo año para estrenar el nuevo complejo que tuvo un coste de 375 millones de dólares. Ha ganado dos veces el premio a ‘mejor arena del año’ y tiene alrededor de 4 millones de visitas anuales para disfrutar de diferentes eventos. El aforo de este recinto está preparado para albergar 20.000 almas si quieres ver un concierto, aunque la cifra es reducida si lo que quisiésemos ver fuera un partido, de hockey hielo tendría la capacidad para 18.118 espectadores o 18.997 para ver un partido de baloncesto. Equipos como Los Angeles Clippers de la NBA, Los Angeles Sparks de la WNBA o Los Angeles Kings de la NHL también disfrutan de las instalaciones de este majestuoso centro.

El Staples Center es un auténtico comodín para el ayuntamiento angelino, ya que además de partidos de baloncesto o de hockey sobre hielo se han celebrado, como decía, conciertos de Selena Gómez, Demi Lovato, Miley Cyrus, Adele, Gloria Trevi o Taylor Swift (que tiene un banderín colgado en el techo del pabellón por el récord de entradas vendidas), a ceremonias para los premios Grammy, además de diferentes eventos deportivos de la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE) como Wrestlemania XXI o SummerSlam de 2009, 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014. Incluso se realizó el funeral del mismísimo rey del Pop, Michael Jackson, que fue visto por más de 2.500 millones de personas en todo el mundo el 7 de Julio del año 2009.

Después de esta pequeña ‘presentación’ de uno de los mejores centros deportivos de Estados Unidos junto con el Madison Square Garden de Nueva York, vamos a lo que nos interesa: es la casa de Los Angeles Lakers desde 1999. Habiendo vivido tres anillos en los tres primeros años de uso, el último ‘three-peat’ de la era moderna: el que consiguieron los Lakers de Shaquille O’Neal, Kobe Bryant, Robert Horry y compañía entre los años 2000 y 2002 o los dos últimos anillos de la franquicia los años 2009 contra Orlando Magic y 2010 con Boston Celtics de oponente.

Tras dejar el mítico ‘Great Western Forum’ o simplemente ‘The Forum’ donde vivimos la espectacular década de los 80 ganando cinco anillos y disfrutamos de un equipo de ensueño con los Magic Johnson, Kareem Abdul Jabbar o James Worthy entrenados por el gran Pat Riley o los enfrentamientos históricos entre los Celtics de Larry Bird, los Chicago Bulls de Michael Jordan, los Portland Trail Blazers de Clyde Draxler o los Houston Rockets de Hakeem Olakuwon, había que ‘escribir’ una nueva historia con letras púrpura y oro.

Como ya he dicho arriba, la nueva historia empezaba con tres anillos además de partidos de Playoffs con canastas y partidos delirantes como la de Robert Horry a Sacramento Kings en el cuarto partido de la agónica serie de las finales de conferencia de 2002 o aquel ‘Alley Oop’ de Kobe a Shaq en el séptimo partido de las finales de conferencia de 2000 contra Portland Trail Blazers. Pero el tiempo seguía pasando y nos encontramos momentos que todo LakerFan recuerda como los 81 puntos de Kobe Bryant a Toronto Raptors el 22 de enero de 2006, el buzzer beater de en aquel momento #8 a Suns en el cuarto partido de la primera ronda de los PlayOffs de 2006, el último baile de ya el #24 angelino con los 60 puntos a Utah Jazz o el grandioso séptimo partido de las finales de 2010 contra los Boston Celtics, en el que los ‘secundarios’ como Derek Fisher o Pau Gasol se hicieron grandes con un triple del capitán para empatar el partido a 64 o aquella canasta del de Sant Boi a falta de 1:31 segundos con un rectificado delante de tres jugadores rivales y Ron Artest sentenciando el choque con un triple en la cara de Paul Pierce seguido de un beso al que yo denomino ‘el beso de la muerte’, siendo ese el único séptimo partido que los ‘verdes’ pierden en su historia.

Pero no solo hemos disfrutado de momentos memorables, también nos ha tocado sufrirlos. Quién no se acuerda de aquel roto de Allen Iverson a Tyronn Lue, actual entrenador de Cleveland Cavaliers, en el primer partido de las Finales de 2001 y único partido que los Lakers perdieron en los Playoffs de ese año, la vuelta de ‘Diesel’ al Staples con la camiseta de los Miami Heat el día de Navidad de la temporada 2004-2005 o el partido de Playoffs contra San Antonio Spurs en el que ‘La Mamba’ aparecía con muletas sentándose en el banquillo mientras los tejanos propinaban una severa paliza a los angelinos en la cancha. Y sí, había que recordar esa trágica noche en la que Kobe Bryant se destrozaba el Aquiles contra Golden State Warriors.

Pese a lo malos momentos deportivos que al Staples Center le ha tocado vivir, nunca falló. Desde el 8 de Diciembre de 2006 al 12 de Noviembre de 2013, el pabellón estuvo lleno absoluto en sus 270 partidos seguidos de temporada regular. 320 si incluyéramos los partidos de post temporada. Es un hecho innegable que los infectados a la Fiebre Amarilla son fieles a los colores púrpura y oro. Después de la historia negra del conjunto angelino, siendo estas últimas las peores temporadas de su historia con récord de victorias mínimas en temporada regular, como he dicho antes, los aficionados siempre han estado ahí. Para lo bueno y lo malo.

Temporadas sin Kobe, sin grandes jugadores, sin buen juego, recibiendo palizas, han estado ahí. Es un auténtico orgullo que pase lo que pase y juegue quien juegue nuestro equipo siempre tenga el apoyo que se merece. Siempre se ha dicho que “si no estás para levantarme de una caída no me aúpes en una victoria” y eso los verdaderos seguidores de Lakers lo seguimos a rajatabla. Horas intempestivas en España, precios desorbitados en Estados Unidos… Y siempre al pie del cañón demostrando que a Lakers lo llevamos en el corazón. Este ha sido mi humilde homenaje a nuestra iglesia, pero quiero saber vuestros gustos. ¿Con qué momento os quedáis desde que estamos en el Staples Center?