Ben McLemore llegó a la NBA en aquel «horrendo draft de 2013», y en Sacramento Kings creyeron que les había tocado la lotería cuando, por arte de magia, les caía el jugador que querían sin tener que subir ninguna posición. Muchos creyeron que el chico formado en Kansas podía ser un jugador de 15-5-5, un error por otra parte, pues Ben realmente es un chico que su verdadero potencial se situaba en los 15-3-2, es decir, un jugador con buena capacidad para anotar, pero con el que habían ciertas dudas de si podía ser algo más allá de un 3&D. Muchos fueron los que criticaron su llegada, pues supuso la marcha de un jugador tan querido como lo era Tyreke Evans.
Durante su carrera profesional se han visto grandes altibajos en el juego del escolta, y muchos ya lo han tachado de auténtico pufo. Esta temporada lo hemos visto en un papel casi testimonial, aportando muy poco al juego en los pocos minutos que saltaba a la pista, mostrando su conocimiento de que, al más mínimo error, volvería a sentarse en el banquillo. Pero hay algo que ha cambiado en los últimos tiempos y es que en febrero, Ben está mostrando una cara totalmente nueva, siendo más agresivo en ataque, jugando con mayor soltura, ayudando al equipo a ambos lados de la cancha. El propio jugador nos dejaba estas palabras:
«Estoy haciendo un gran trabajo para mantenerme preparado, preparado mentalmente, salir a la pista y estarlo, ayudando en los dos lados, sobre todo en defensa».
Resulta curioso que esta explosión por parte del jugador de los Kings se haya producido justo cuando su compañero Garrett Temple se ha lesionado. Así pues se ha visto incrementado su rol en el equipo, algo que se ha traducido en una mayor confianza y, por tanto, en un mayor rendimiento por parte del jugador. De este modo, el jugador, que no había pasado de los 25 minutos desde el 18 de diciembre ante los Memphis Grizzlies (en enero jugando 7 de 16 partidos, promedió 7.4min), ha visto como en este mes de febrero, cuando ha superado esa barrera, ha promediado 15.6pts-2.8reb-1.8asist con unos porcentajes de 50 por ciento en T3 y 49 por ciento en TC, un crecimiento impresionante para su juego y acercándose más a lo que realmente se pensaba de él cuando se le drafteó.
Joerger habló de lo bien que le ha ido al jugador pasar un tiempo en el banquillo para comprender mejor cómo funcionan sus esquemas, y aprender que, si quiere mantenerse en el equipo y ser importante, deberá trabajar para ello.
«A veces para los chicos es mejor ser drafteados en una posición en la que salen desde el banquillo como role players y no tiene que jugar tanto de inmediato, lo que les permite encajar y entender cómo funciona la liga».
DeMarcus Cousins, la estrella del equipo, también nos dejaba algunas palabras sobre el bueno de Ben McLemore.
«He estado mucho tiempo con Ben y es como un hermano pequeño para mí. Lo veo mantenerse positivo para hacer este tipo de cosas, machacándose todos los días, siendo profesional y consistente en su trabajo aunque las cosas no vayan como quiere, se ha mantenido positivo y ha sido un gran compañero de equipo hasta el momento. Cuando eres buena gente creo que las acciones se acaban devolviendo y ahora el karma lo ha hecho con él».
Veremos en qué queda el futuro de Ben McLemore, un jugador que había sido señalado en los rumores de traspaso, pero sin duda alguna ha emocionado a muchos fans del equipo con este gran rendimiento en el mes de febrero, veremos si puede mantenerlo. Por el momento os dejamos una muestra de lo que ha hecho durante este mes, concretamente su exhibición de triples ante Atlanta: