Ryan McDonough tiene un plan, y tú lo vas a ver

Se abren múltiples opciones a los ojos del mandatario
Ryan McDonough dando una rueda de prensa como General Manager de los Suns. Fuente de la foto: Matt Pettersen (CC)

Hablar del GM de los Suns supone hacerlo del segundo más joven de la liga. Pese a ello, el natural de Massachusetts no se corta un ápice a la hora de traspasar jugadores o rondas del Draft, siendo casi todas sus decisiones un completo acierto. En la fecha límite de traspasos que se aproxima cada vez más (23 de febrero) hay varios movimientos clave a realizar en el roster con el objetivo de obtener un mayor número de picks del Draft -una gran camada de bases se avecina- o un jugador primer nivel que contribuya a dar el salto necesario para alcanzar los Playoffs -esta opción parece poco probable-. Estos movimientos deben establecerse en base a una serie de prioridades como son el futuro a corto, medio y largo plazo, obedeciendo también a las necesidades del equipo. Ryan McDonough tendrá importancia en dichos movimientos.

Primer movimiento: dar salida a Brandon Knight.

El ex de Kentucky aterrizó en Arizona en el deadline de hace ahora dos temporadas procedente de Milwaukee, donde, siendo el referente y jugando el mejor baloncesto de su carrera, había aupado a los jóvenes Bucks a plazas de postemporada en la conferencia Este.

Desde el inicio su rendimiento fue duramente cuestionado por aficionados y analistas. Sin embargo, la franquicia decidió firmarle un contrato multianual de 70 millones a repartir en 5 temporadas, percibiendo cada cual más que la anterior. Los Suns daban la impresión de estar sentando las bases de un futuro backcourt de élite, con Bledsoe y Knight como pareja estelar. Todo lo contrario, pues Knight no es capaz de quitarse la etiqueta de jugador sobrepagado y se encuentra continuamente envuelto en rumores de traspaso, sin llegar éste a producirse. Todo parece indicar que este será el año en el que finalmente saldrá, dando lugar así a una serie de consecuencias directas que incidirán en el bien común del equipo:

  • Se dirá adiós definitivamente a un jugador que, a la larga, iba a desencadenar problemas en el vestuario.
  • Desde la liga todavía se mantiene la confianza en él, por lo que en un hipotético trade se podrán recibir jugosas rondas de Draft o buenos jugadores jóvenes procedentes de franquicias donde tengan prisa por ganar.
  • El más beneficiado del traspaso será, sin lugar a dudas, Tyler Ulis, pequeño y eléctrico base –también formado en Kentucky-, que ganará un buen número de minutos en la rotación, actuando de backup de Eric Bledsoe. Cabe recordar que Ulis es un jugador ya hecho y que es capaz de aportar cosas positivas en este mismo instante, por lo que conviene darle cancha cuanto antes.

Segundo movimiento: caso Tyson Chandler.

Verano de 2015. Los Suns, tras una nefasta temporada donde se produjo de todo, se veían con opciones y espacio salarial para firmar nada más y nada menos que a LaMarcus Aldridge, el agente libre más cotizado del momento. Para ello, como parte del proceso de reclutamiento, utilizaron como cebo al exjugador de Knicks y Mavericks –en ese momento agente libre-, ofreciéndole un contrato de 54 millones de dólares distribuidos en cinco años. Demasiado dinero para un jugador tan veterano, decían, y su primera temporada les dio la razón. Flojo en ataque, pésima defensa y castigado por las lesiones, todo apuntaba a un jugador que iba a ser carne de trade a la baja nada más comenzar la nueva campaña.

Nada más lejos de la realidad.

El center está cuajando una de sus mejores temporadas en los últimos años a título individual, con actuaciones y rachas antológicas en ataque –por ejemplo, se ha convertido en el primer Sun en encadenar tres partidos consecutivos capturando 20 rebotes desde que lo realizara Sir Charles en la 93-94-, provocando de nuevo que ojos de peces gordos de la liga como pueden ser los Celtics se posen en su figura planteándose ofertar por él, con el fin de dotar de solidez y veteranía a su segunda unidad. A cambio se recibirían suculentos jugadores que, o bien pueden servir de pieza de intercambio de nuevo, o la gerencia considera que tienen la calidad necesaria para permanecer en el equipo hasta final de temporada.

Sin embargo, no todo podía pintar tan bonito. La “irrupción” de Chandler le está arrebatando minutos al que supuestamente – o eso apuntaba cuando se le seleccionó en el Draft- debería ser el futuro pívot titular del equipo, Alex Len. El ucraniano se encuentra firmando los peores números en cuanto a minutos de su -esto sí- corta carrera: 19.6, por los 23.3 de la pasada o los 22 de la anterior. Este hecho podría no ser tan raro si pasamos por alto que las temporadas pasadas estuvo muy castigado por las lesiones, ralentizando su progresión. No obstante, esta campaña se halla en plenitud de condiciones –o debería-, pero aun así no termina de hacerse con el puesto de cinco titular debido a diversas circunstancias (la principal, la ya mencionada de Chandler).

Esto coloca al equipo en una encrucijada muy seria. Por un lado, si se confía en Tyson Chandler como starter, la franquicia saldrá victoriosa en un mayor número de partidos, costándole puestos en el Draft (no defiendo el tanking); o acostumbrando a los jugadores más noveles a ganar partidos –es muy peligrosa la entrada en dinámicas perdedoras a edades tan tempranas-, según como se mire. Por el contrario, si se confía en Len traspasando a Chandler a un equipo con aspiraciones de Playoffs –su rendimiento esta campaña lo merece- se podrá comprobar si el pívot formado en la universidad de Maryland es merecedor de ostentar el puesto de titular en los Phoenix Suns.

Si finalmente se hace gala de confianza en el ucraniano pero de aquí a abril no es capaz de demostrar que es capaz de ocupar con garantías el center, con el traspaso de Chandler posiblemente se obtendrían picks del Draft, por lo que los Suns serían poseedores de su ronda (top 5 casi con total seguridad), con la que se seleccionará a un base que haga pareja de backcourt con Booker; y otra un poco más abajo que permitiría elegir a un pívot de garantías -Ivan Rabb, de corte similar al ucraniano, o incluso Bam Adebayo, poderoso interior de Kentucky, aunque la elección de este último es cuanto menos improbable-.

Nota: El puesto del segundo pick probablemente venga supeditado a otros traspasos que se produzcan de manera posterior o incluso en la noche del Draft.

Otros posibles trades

Estos dos casos descritos son los que más de cabeza traen al frontoffice de Arizona. Pero obviamente hay otras situaciones que tienen posibilidades de darse:

Un trade de Eric Bledsoe

Eric Bledsoe es el jugador más en forma de la plantilla esta temporada y lo demuestra cada día que pasa –con permiso del joven proyecto de estrella Devin Booker-. Haciendo gala de un poderío físico sin precedentes, el base está desarrollando el mejor baloncesto de su carrera durante esta Regular Season, con partidos de antología –llegando a realizar varios triples dobles- y echándose el equipo a la espalda en momentos clave.

Puede ser un gran maestro de Ulis, por lo que es poco probable que salga este deadline. No obstante, tiene todas las papeletas para ser carne de traspaso la misma noche del Draft, siendo utilizado como uno de los assets para lograr alcanzar una elección más alta y así poder seleccionar otro jugador en puestos de lotería (preferiblemente un 5, explicado en el punto anterior).

Llegada de DeMarcus Cousins

Este supuesto es muy probable que jamás llegue a darse. Tanto por inutilidad para el equipo como para el propio jugador.

Para el equipo, pues necesita mirar al futuro con lo que tiene, quizás añadiendo un par de jóvenes en el puesto de base y de pívot, y el arribo de un jugador que llega con el objetivo de los Playoffs entre ceja y ceja –siendo un expiring que posiblemente no renueve y que conllevará la salida de gran parte de la columna vertebral del equipo- no sostiene beneficio alguno. ¿Hipotecar gran parte de tu futuro cuando eres uno de los mejores proyectos jóvenes de la liga? Cousins es un jugador de calidad innegable. Pero no, gracias.

Observando desde el punto de vista del jugador, más de lo mismo. Partir de un equipo rozando posiciones de postemporada para llegar a otro donde permanecerás tan solo tres meses –dando por hecho que no renovará- tan solo contribuye a inestabilidad física y emocional –conociendo todos sus célebres idas de olla”-.

Por tanto, ha de darse una conjunción de los astros para que Cousins recale en Arizona (eso sí, ya ha admitido que le gustaría jugar algún día junto a Bledsoe y Wall, sus excompañeros en los Wildcats de Kentucky).

Los días pre-deadline suelen estar llenos de rumores. Ya ha sonado un traspaso “a pelo” entre Phoenix y Minnesota que tendría como protagonistas a Tucker y a Muhammad, por poner un ejemplo. Por tanto, estos supuestos aquí descritos pueden transformarse o ni siquiera llegar a ocurrir.

Ryan McDonough es un GM de carácter impredecible y política intervencionista, pero si algo ha demostrado es el hecho de que sabe moverse por el bien del equipo –exceptuando la decisión de Isaiah Thomas a cambio de tan poco para lo que más tarde se ha visto que es-, por lo que confianza ciega en él durante este período final antes de la fecha límite.

McDonough tiene un plan, y tú lo vas a ver.

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